Fallece el "Sorprendente Randi", gran enemigo de farsantes
Associated Press
Oct 22, 2020
Updated Oct 22, 2020
Fue un popular mago que renegó de su oficio y cuestionó a quienes doblan cucharas, leen la mente y curan a partir de la fe. Lo hizo con tanta fuerza que pasó a ser conocido como el escéptico más renombrado de Estados Unidos.
James Randi, el “Sorprendente Randi”, falleció el martes a los 92 años de causas naturales "asociadas con su edad", según la Fundación Educativa que lleva su nombre.
Artista, genio, desmitificador, ateo. Randi era todo eso y más. Se dio a conocer poco después de dejar la secundaria y unirse a un espectáculo ambulante. Escapó de un ataúd cerrado con llave bajo el agua y de un chaleco de fuerza mientras colgaba de sogas en las cataratas del Niágara.
Alcanzó fama como mago, hasta que un buen día puso fin a sus presentaciones por todo el mundo y dijo en un breve comunicado que no tenía poder sobrehumano alguno.
“Son todos trucos”, afirmó. “No hay nada sobrenatural”.
Pasó a ser el mayor escéptico del país. Su presentación más memorable en ese papel fue tal vez la primera que hizo.
En un episodio de “The Tonight Show” de 1972, ayudó al conductor Johnny Carson a engañar a Uri Geller, el israelí que decía que doblaba cucharas con la mente. Randi se aseguró de que Geller no tenía contacto alguno con cucharas ni con ningún otro elemento a ser usado en su acto.
El resultado de esto fueron 22 minutos inacabables en los que Geller no pudo completar un solo truco.
Randi tenía nutridas cejas y barba blancas, era pelado y usaba anteojos con marco dorado. Hasta sus últimos días fue muy vital. Trató de desenmascarar no solo a los lectores de mentes y manos, sino también a quiroprácticos, homeópatas y otros que según él engañaban a personas inocentes para llevarse su dinero.
La emprendió contra todo aquél que consideraba un farsante. Decía que estaba obsesionado con esa causa. Sus esfuerzos se parecieron un poco a los del gran Harry Houdini, quien dedicó parte de su tiempo a desmitificar a espiritistas.
“Veo que la gente es embaucada todos los días por curanderos, farsantes de todo tipo, médicos y sus líneas telefónicas, gente que dice que encontró niños desaparecidos o que ayuda a invertir dinero”, declaró Randi a la Associated Press en 1998. “Sé que están metiendo cuentos porque conozco sus métodos”.
Una vez se pasó días en su auto a la espera de poder revisar la basura de un curandero.
“Es una obsesión, siento que esto que hago es importante”, explicó en otra entrevista con la AP en el 2007.
En una ocasión demostró que los mensajes que el curandero televisivo Peter Popoff decía recibir de Dios le llegaban de su esposa a través de un audífono. Pero la mayor parte de las personas que desenmascaró como embaucadores eran gente poco conocida, a la que la Fundación Educativa James Randi convenció de que demostrasen sus poderes.
La organización ofrecía un millón de dólares a quien demostrase que tenían poderes naturales o la presencia de un ser sobrenatural.
Sus detractores decían que la fundación no tenía ese dinero, pero Randi ofreció documentación bancaria y, además, nadie estuvo ni siquiera cerca de ganárselo.
Randi, cuyo nombre verdadero era Randall James Hamilton Zwinge, nació en Toronto el 7 de agosto de 1928. De pequeño cuestionaba todo. Se aburría en la escuela y sus maestros decían que era un prodigio, muy adelantado a sus compañeros. Nunca terminó la secundaria ni cursó estudios universitarios, pero en 1986 recibió un fellowship MacArthur, conocido como un “reconocimiento para genios”.
Hablaba con autoridad. Decía que no dudaba de sus creencias, pero que siempre existiría la posibilidad de que estuviese equivocado.
“Probablemente esté en lo cierto. Solo probablemente”, afirmó. “Cuesta mucho encontrar absolutos”.
Por más que se tomase muy en serio el tema de los engaños, disfrutaba viendo actos de magia que sabía eran cuento o viendo películas que eran pura fantasía. Habló del dolor que sintió al ver morir a un amigo y de la magia del amor. En el 2010 anunció que era gay y se casó con su compañero de años, Deyvi Peña, en una ceremonia en Washington. En el 2014 se distribuyó un documental sobre él, “An Honest Liar”, o “Un mentiroso honesto”.
Randi dijo que le irritaba el que la gente que fingía escapes seguía atrayendo público y ganando dinero. Quería que los embaucadores fuesen castigados, aunque al mismo tiempo reconocía que la gente quiere creer en estas cosas fantásticas.
“Los que creen de verdad”, decía, “no prestan atención a la evidencia que indica que aquello en lo que ellos creen no es cierto”.
Sentía un auténtico rencor hacia quienes tildaba de farsantes. Cuando lo expresaba, lo hacía con una cierta gracia, como cuando se le preguntó qué le gustaría que hiciesen con sus cenizas una vez muerto.
“La pedí a mi mejor amigo que se las tire en los ojos a Uri Geller", respondió. “Me encantaría que se le llenasen los ojos con mis cenizas. Sería lo más apropiado”.
Fuente:
https://lancasteronline.com/lavoz/entretenimiento/fallece-el-sorprendente-randi-gran-enemigo-de-farsantes/article_9f2dacfe-918d-5a01-afc6-1cba470ebe55.html
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Muere James Randi, el ilusionista que luchaba contra las supersticiones y la pseudociencia
El canadiense James Randi ha fallecido a los 92 años. Su labor para promover el humanismo científico fue muy valiosa y por ella le recordaremos.
OCT 22, 2020, 3:01 (CET)
Las personas que albergan ciertas inquietudes suelen contar con referentes intelectuales, hombres y mujeres cuya trayectoria siguen y a los que admiran por sus aportaciones impagables a la sociedad. Para algunos es así simplemente porque la de ellos coincide con su propia mentalidad y por el estatus de la fama, al margen de si sus ideas tienen fundamentos probados. Pero, para muchos otros, el respeto que demuestran por un individuo relevante específico se debe tanto al rigor de sus consideraciones como a su talento para expresarlas. Y no hay duda de que James Randi (1928-2020) merecía y sigue mereciendo ser uno de nuestros referentes.
Todos sus años de experiencia como ilusionista le fueron muy útiles a James Randi para desenmascarar a charlatanes de medio pelo
Nacido en la localidad de Toronto, su nombre real era Randall Zwinge, pero lo cambió por el de James Randi debido a su carrera como ilusionista. Su interés por dicha actividad se gestó cuando, tras un accidente de bicicleta que le tuvo más de un año con una pierna escayolada, vio al mago Harry Blackstone Sr. y decidió leer cuantos libros del asunto cayeron en sus manos. Fue prestidigitador en giras regionales, mentalista en clubes nocturnos de distintos continentes y falso astrólogo, valga la redundancia. Y toda la experiencia que adquirió a partir de 1946 le fue muy útil para desenmascarar a charlatanes de medio pelo.
En febrero de 1956, rebasó el record de Harry Houdini —otro brillante escéptico como el mismo James Randi— al permanecer en un ataúd sumergido en una piscina durante 104 minutos en el programa The Today Show (Sylvester Weaver, desde 1952), emitido por la NBC estadounidense. Le invitaban con frecuencia a participar en la emisión radiofónica de Long John Nebel en la estación neoyorkina WOR, y dirigió allí su propio espacio, The Amazing Randi Show, entre 1967 y 1968, del que tuvo que despedirse tras las quejas del arzobispo de Nueva York por unas supuestas declaraciones religiosas suyas.
Fundó el Comité de Investigación Escéptica con Ray Hyman, Martin Gardner, Paul Kurtz, Isaac Asimov y Carl Sagan en 1976
Sin embargo, no alcanzó notoriedad internacional hasta su señalamiento en 1972 del célebre doblador de cucharas Uri Geller, autoproclamado psíquico, al que dejó en evidencia al año siguiente en The Tonight Show (Steve Allen, Dwight Hemion, William O. Harbach y Weaver, desde 1954), con Johnny Carson como presentador: “El resultado fue una inmolación legendaria, en la que Geller ofreció excusas nerviosas a su anfitrión cuando sus habilidades le fallaron una y otra vez”, según las palabras de Adam Higginbotham en The New York Times Magazine. Pero este absoluto ridículo no fue suficiente.
Muy pronto, ficharon al pillo israelí en The Merv Griffin Show (1962-1986), lo que empujó a James Randi a acercarse en 1976 al psicólogo Ray Hyman, muy crítico con las descuidadas pruebas que le hicieron a Geller en la Universidad de Stanford, y le propuso instituir una organización que se dedicase a combatir las pseudociencias. Y el resultado fue el Comité de Investigación Científica de Afirmaciones de lo Paranormal (CSICOP), con Martin Gardner, columnista de Scientific American, el filósofo Paul Kurtz y dos monstruos de la divulgación racionalista como Isaac Asimov y Carl Sagan de miembros fundadores.
La Fundación Educativa James Randi ha ofrecido hasta un millón de dólares por la demostración de algún hecho paranormal, un desafío aún vigente tras más de 50 años
Hoy se la conoce como Comité de Investigación Escéptica, y desde muy temprano editó su propia revista, Skeptical Inquirer. Y dos décadas más tarde, el ilusionista creó la Fundación Educativa James Randi (JREF) para difundir la obligación del rigor científico, apoyar incluso legalmente a los que sufren ataques por cuestionamiento de las pseudociencias y ofrecer hasta un millón de dólares a cualquier persona que demuestre algún hecho paranormal, un desafío del que nadie ha salido airoso nunca en más de cincuenta años. Y es que ni tan siquiera han podido pasar las pruebas preliminares.
James Randi ayudó a desacreditar los experimentos prohomeopatía de Jacques Benveniste para la revista Nature en 1988
Otro de los momentos en los que James Randi demostró lo imprescindible que era fue cuando John Maddox, jefe de la revista Nature, le pidió en 1988 que supervisara las revisiones de los experimentos que había realizado el bioquímico Jacques Benveniste sobre homeopatía con resultados supuestamente favorables. Y, oh, no pudieron replicarlos. Así que hemos perdido a una de las luces de la razón más populares y luminosas con la muerte de James Randi, que además escribió una decena de libros y fue galardonado y objeto de numerosos homenajes, y hasta un asteroide, el 3163, se llama como él desde 1981. Pero cuanto hizo por nuestra cultura en vida fue tan contundente que su legado perdurará. O algunos estamos dispuestos a asegurarnos de que sea así.
Fuente:
https://hipertextual.com/2020/10/james-randi
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La extraordinaria influencia de James "The Amazing" Randi
Por Hemant Metha
22 DE OCTUBRE DE 2020
En 2010, durante The Amazing Meeting 8 en Las Vegas, tuve la oportunidad de entrevistar a James Randi . Hay una grabación de eso en alguna parte, estoy seguro, pero ya no está. Lo que tengo es una transcripción. Y en esa transcripción, cometí un error de novato al sugerirle a Randi que era un legendario "desacreditador".
Randi me corrigió eso de inmediato: “No aceptamos el término, 'desacreditar'… No somos desacreditadores. Somos investigadores ”. (Es una declaración que ha hecho muchas otras veces ).
Él tenia razón, por supuesto. Llamarse a sí mismo un "desacreditador" sugiere que ya ha llegado a una conclusión sin investigar el asunto. Eso no es lo que hizo. Eso no es lo que deberíamos hacer. Lo que convirtió a Randi en una leyenda fue que, cuando se enfrentaba a una afirmación extraordinaria, sugería una explicación ordinaria y luego trabajaba para confirmarla. Se tomó a la otra parte lo suficientemente en serio como para investigar sus afirmaciones. En cierto modo, mostró al otro lado un tipo de respeto que normalmente no recibían de los no creyentes.
Dudo que se sintieran así por mucho tiempo. Rompió las afirmaciones sobrenaturales de psíquicos y televangelistas con tal precisión que se quedaron luchando por la credibilidad. Es una de las razones por las que su Million Dollar Challenge era tan atractivo: estaba dispuesto a separarse de todo ese dinero, y ese dinero realmente se quedó en la cuenta bancaria de su fundación, si los psíquicos demostraban que podían hacer lo que decían que podían hacer.
Nadie estuvo cerca de ganar. Nadie que proclamó poderes sobrenaturales y se cruzó en el camino de Randi pudo salirse con la suya por mucho tiempo. Pregúntele a Peter Popoff y Uri Geller, dos vendedores ambulantes cuyos propios obituarios eventuales seguramente incluirán secciones largas sobre cómo Randi, al menos temporalmente, paralizó sus carreras.
Randi murió el lunes a la edad de 92 años. El público se enteró ayer. Y en las últimas 24 horas, he visto a innumerables personas expresar lo mucho que él significó para ellos o los influenció, a veces directamente.
El mago Penn Jillette lo dijo sin rodeos: "Tú nos inventaste".
Randi también fundó la organización que luego se convirtió en el Centro de Investigación. CFI emitió este comunicado lamentando su muerte:
Mucho antes de su asociación con CSICOP, Randi era la cara pública de la investigación escéptica, aportando un sentido de diversión y picardía a una misión seria. Ya sea exponiendo psíquicos fraudulentos y curanderos por la fe o revelando las falsas promesas de la medicina alternativa, su habilidad para el espectáculo y su experiencia en la ilusión lo convirtieron en un mensajero extraordinariamente eficaz para la promoción del pensamiento crítico sobre el pensamiento mágico .Más allá de su propio trabajo pionero, James Randi es responsable de inspirar a varias generaciones de escépticos y comunicadores de la ciencia que rechazan las falsas afirmaciones de la pseudociencia, lo paranormal y lo sobrenatural, así como a quienes se benefician de ellas. Lo que comenzó como un comité de intelectuales y una revista ahora se ha expandido a un universo de activistas, académicos, animadores, plataformas de medios e instituciones, como CFI, que comparten la misión y la pasión de Randi.
Si no está familiarizado con él, intente ver la película "An Honest Liar" o lea su libro de 1982 "Flim-Flam!"
Dadas todas las formas en que sabía que Randi había inspirado a otras personas, le pregunté en nuestra entrevista si había algo que lo inspirara. Simplemente señaló a todos los que asistieron a TAM ese año:
No sabes cuántas personas me han llevado a un lado y se han echado a llorar, en muchos casos en mis brazos, y han dicho: “Sr. Randi, has hecho una gran diferencia en mi vida ". [Si tuviera eso] tal vez dos veces al año, [es todo lo que necesitaría] para seguir adelante. Pero lo entiendo, oh, cien veces al año... Necesito que la gente me diga estas cosas de vez en cuando, y lo encuentro muy refrescante.
Espero que no suene arrogante porque no estaba destinado a serlo. El hecho de que tanta gente le dijera, con especificidad, cómo les dio las herramientas para cambiar su forma de pensar, significó mucho para él, y le encantaba escuchar esas historias. Le dio la energía para seguir haciendo su trabajo. Y seguramente alentaría a todos ahora a continuar difundiendo el evangelio del pensamiento crítico.
Traducido del original:
https://friendlyatheist.patheos.com/2020/10/22/the-extraordinary-influence-of-james-the-amazing-randi/
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