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Entre todos los mails, powerpoints, bendiciones y amenazas que recibo a diario por parte de algunos Creyentes, de vez en cuando me suelen llegar algunos mensajes que de forma engañosa pretenden confundir y alentar al ingenuo lector a apoyar al Cristianismo basándose en falsedades, verdades a medias y hasta mentiras descaradas. Ya hemos analizado un par de estos mails: el de la “infancia religiosa” de Einstein y el de los celebres gigantes humanos de Nephilim encontrados en Grecia.
En este artículo veremos uno que lleva ya mucho tiempo circulando por ahí y a pesar de lo obviamente falso que es, muchas personas aun creen en su autenticidad y lo toman como referencia de nada mas ni nada menos que una “prueba científica de la veracidad de la Biblia”
Veamos la información que circula en Internet y que casi siempre va a parar en las bandejas de entrada de asombrados creyentes:
En un programa especial de la NASA recientemente se comprobó la veracidad de un hecho en la Biblia en la cual se le había considerado como un mito.
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El señor Harold Hill, presidente de la compañía automotora Curtis de Baltimore, Maryland y consejero del programa NASA, relata el siguiente suceso:
Una de las cosas más asombrosas que Dios ha hecho entre nosotros sucedió recientemente con nuestros astronautas y científicos de NASA en Green Belt, Maryland. Estaban verificando la posición del sol, la luna y los planetas para saber dónde se encontrarían dentro de cien años y en los próximos mil años. Es indispensable saber esto para poder enviar satélites al espacio y evitar que choquen con algo una vez que han entrado en órbita. Se debe proyectar la órbita en términos de la vida del satélite y saber la posición de los planetas para que no destruyan los satélites.
Se hizo que la computadora corriera a través de los siglos y de repente se detuvo... La computadora empezó a dar una señal roja en alerta indicando que había algún error en la información con la que había sido alimentada o con los resultados al ser comparados con las normas establecidas.
Decidieron entonces llamar a la oficina de mantenimiento para revisarla; los técnicos encontraron que la computadora estaba en perfectas condiciones.
El director de operaciones de IBM preguntó cual era el problema y para su sorpresa la respuesta fue: "Hemos encontrado que falta un día en el universo del tiempo transcurrido en la historia".
Empezaron a rascarse la cabeza... ¡Había una respuesta! En el equipo había un cristiano que dijo: "Una vez escuché en un pasaje bíblico en la iglesia que el sol se detuvo". Ellos no le creyeron, pero como no tenían ninguna respuesta le dijeron, "Muéstranos". El entonces tomó su Biblia y leyó en el libro de Josué, algo bastante ridículo para alguien con "sentido común". En este pasaje Dios le decía a Josué: "No tengas miedo, porque los he entregado en tus manos ninguno de ellos te podrá resistir". Josué estaba preocupado porque el enemigo los había rodeado y si oscurecía, el enemigo podría derrotarlos. Entonces Josué pidió al Señor que detuviera el sol. Y así sucedió. Y en la Biblia dice: "Y el sol se detuvo y la luna se paró... y el sol se paró en medio del cielo y no se apresuró a ponerse casi un día entero" Los ingenieros del Programa Espacial dijeron: ¡"Ese es el día que falta"!. Rápidamente verificaron en la computadora retrocediendo en el tiempo a la época descrita en le Biblia y descubrieron que se aproximaba más no era el lapso de tiempo exacto. El lapso que faltaba en la época de Josué era de 23 horas y 20 minutos, no era un día completo.
Leyeron nuevamente en la Biblia y allí decía: "Casi un día entero" (Josué 10:13). Estas palabritas en la Biblia son muy importantes.
LOS 40 MINUTOS FALTANTES
Parte del problema había sido solucionado. No obstante, faltaban 40 minutos y esto ocasionaba un gran problema. Si no aparecían esos 40 minutos, habrían grandes discrepancias en los cálculos espaciales debido a que los minutos se multiplican muchas veces en cada órbita. Este cristiano recordó que hay un lugar en la Biblia donde se menciona que el sol Retrocedió. Sus compañeros le dijeron que estaba loco. Sin embargo, permitieron que les mostrara en el segundo libro de Reyes, capítulo 20: 8-10, donde la Biblia narra que Ezequías, quien estaba a punto de morir, fue visitado por el profeta Isaías, el cual le dijo que no moriría.
Ezequías no creyó y por tanto pidió una señal diciéndole Isaías: "¿Avanzará la sombra diez grados o retrocederá diez grados?"... Y Ezequías respondió: "Fácil cosa es que la sombra decline diez grados pero no que la sombra vuelva diez grados. "Isaías invocó al Señor y el Señor hizo que la sombra retrocediera diez grados que había avanzado en el reloj de sol de Ahaz. Diez grados son exactamente 40 minutos. 23 horas y 20 minutos en Josué, más 40 minutos en Segunda de Reyes completan las 24 horas que los hombres del Programa Espacial tuvieron que añadir a la historia como el día que faltaba en el Universo.
Definitivamente la Biblia no es un libro más, porque Dios manifiesta nuevamente la veracidad de su palabra escrita y el Señor cumple sus promesas, ¿cómo no hemos de vivir en santidad Sabiendo que la venida del señor?
¡ASOMBROSO!! Qué opinarán de esto Todos aquellos que creen que la Biblia es solamente un libro más!!!
Jesucristo está cada vez más cerca
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Impresionante ¿Verdad?
Me imagino a los exaltados Cristianos que han leído esta información por primera vez saltando de alegría y júbilo… pero, no se emocionen tanto.
Leamos un extracto de una pagina web dedicada a la investigación de rumores y comentarios que podrían ser o no ficticios:
Excepto por la referencia a los astronautas, esta versión del “Día desaparecido de la historia” ha existido por casi 30 años.
Harold Hill fue una persona real y fue el presidente de la Curtis Engine Company en Maryland, Baltimore
Él se había convertido al cristianismo como un adulto y se convirtió en un orador popular entre los grupos cristianos, aclamado por ser un exitoso hombre de negocios, dijo ser un asesor de la NASA, e hizo presentaciones sobre la ciencia y la Biblia. Una de sus presentaciones más populares fue la historia del día que falta.
Harold Hill, al parecer, contó la historia sin mucha publicidad hasta octubre de 1969, cuando una columnista de un pequeño periódico estadounidense se enteró acerca de uno de sus discursos y le dieron algunas notas sobre el día que falta. Ella estaba tan intrigada que lo escribió y lo publicó.
El nombre de la columnista era Mary Kathryn Bryan y su artículo apareció en el periódico Spencer Evening World en Spencer, Indiana. Según el diario, los resultados de esa columna en particular fueron "simplemente increíbles".
Comenzaron a recibir solicitudes de todo el mundo para la reimpresión de este artículo, y, finalmente, dejaron de contar cuando el número de consultas pasó de 1.500. El número total de tarjetas, cartas y llamadas telefónicas está ahora en los cientos de miles.
A partir de ese artículo de “El Día de la historia que falta” se ha contado un sinnúmero de revistas, periódicos, folletos evangelísticos, libros y recientemente mensajes de correo electrónico. Harold Hill lo incluyó en un libro cristiano que escribió.
La historia tiene varios problemas, sin embargo.
Un problema es que, además de Harold Hill, no hay una fuente conocida de la historia en la NASA.
Durante muchos años, cada vez que alguien le escribió a Hill al respecto, respondía enviando una carta donde decía haber extraviado la fuente de la información, sino que más bien reenvíe una copia a todo el mundo luego de encontrarla.
La fuente nunca se materializó. En su libro posterior, Hill rechazó todo escepticismo acerca de la historia y dijo que no se necesitaba verificación. Su actitud era que si la gente lo cree y los guía hacia las cosas espirituales, se justificaba.
Otro problema es que la NASA ha negado que Harold Hill fue alguna vez uno de sus consultores.
James S. Lacy, de la Oficina de Relaciones Públicas de la NASA, escribió en una carta a un periodista que el único rastro que encontramos de un Harold Hill no tenía ninguna conexión con la NASA y era una persona que estuvo involucrado en la contratación de las operaciones y mantenimiento de algunas operaciones de motores diesel.
Además, según una carta de la Oficina de Asuntos Públicos de la NASA en Washington, "No hay verdad en la historia recurrente que la NASA descubrió un día perdido en el movimiento de la Tierra."
Es interesante observar que un intento de explicar “El día de Josué” desde un punto de vista científico se publicó muchos años antes de la historia de Hill y la NASA. En la década de 1930, el Dr. Harry Rimmer escribió un libro llamado "La Armonía de la Ciencia y la Escritura", que se basaba en un libro de 1890 por el profesor de Yale CA Totten.
Usando las cronologías bíblicas populares de la época, Totten llegó a la conclusión de que el mundo fue creado 4000 años antes del nacimiento de Cristo, el domingo, 22 de septiembre de año 4000 AC. Sin embargo, dijo que los cálculos de calendario mostraron que 22 de Septiembre fue en realidad un lunes, y no un domingo, y que el error fue probablemente debido a la falta de los días de Josué.
Totten también hace referencia a la historia de Ezequías en 2 Reyes y argumenta que esto representa que faltan otros 20 minutos o algo así. Los cálculos de Totten son sospechosamente familiares a la historia de la NASA. La conclusión parece ser que hay mucho que decir todavía sobre "el día que falta '.
Fuente: http://www.truthorfiction.com/rumors/j/joshuaday.htm
Sin duda alguna esta ya legendaria historia del “Día que falta” no es otra cosa que un vil engaño de un fundamentalista Cristiano. Pero, obviando este “detallito” ¿Hay alguna posibilidad de que tenga algo de cierto?
- Sobre el estudio de la NASA, se dice que lo hacían para “poder enviar satélites al espacio y evitar que choquen con algo una vez que han entrado en órbita. Se debe proyectar la órbita en términos de la vida del satélite y saber la posición de los planetas para que no destruyan los satélites”… Esto no es rigurosamente cierto. Hay muchos cuerpos celestes que tienen movimientos erráticos y que cambian frecuentemente de orbita, como por ejemplo los cometas y meteoritos; estos en muchas ocasiones chocan con diversas estructuras y la variación del movimiento es generalmente azarosa. La NASA no perdería tiempo y recursos haciendo estos cálculos. Además, los modernos satélites redefinen su trayectoria dependiendo de las circunstancias.
- Los científicos de la historia pensaron inmediatamente que el problema era un fallo de la computadora, cuando por regla general estos problemas de inconsistencia de datos se deben a fallos humanos.
- Hay que ser un científico muy ingenuo para anunciar con gran aplomo una afirmación como “Hemos encontrado que falta un día en el universo del tiempo transcurrido en la historia”. Cualquier astrofísico sabe que el concepto del tiempo no es el mismo en todos los lugares del universo. Además que el termino “Día” de 24 horas solo es valido para la tierra. En los demás planetas este concepto depende del tiempo en que tarda en girar alrededor de la estrella central de su sistema estelar. Creo que al científico que hizo esa afirmación fue inmediatamente despedido por idiota consumado.
- No sé amigo lector si se fijó en como los demás científicos de la historia aceptaron sin chistar y de manera sumisa que la explicación de todo era un relato Bíblico de mas de 3 mil años. Eso nunca jamás ocurriría en un estudio serio y menos aun en la NASA.
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Es increíble e incomprensible que hoy, en pleno siglo XXI existan todavía personas no solo que crean a pies y juntillas en esta charlatanería, sino que son capaces con el mayor descaro de distribuirla y expandirla por todas partes como “pruebas irrefutables de la veracidad Bíblica”. Lamento decirlo, pero aquellas personas que en algún momento creyeron en la veracidad de esta historia, son casi tan ilusos como los atontados científicos del cuento.
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Ver Articulo: El Fraude de los Gigantes Nephilim
Ver Artículo: Mal como ausencia del Bien. La historia de Einstein estudiante
Ver Sección: Tema Abierto
"Todos tienen derecho a creer lo que quieran, mas no por ello tienen el derecho a ser tomados en serio" Anónimo
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