A lo largo de su larga historia, la Iglesia Católica se ha visto sacudida por escándalos que van desde la disolución de la Orden del Temple al juicio de Galileo o las donaciones cuestionables de la Madre Teresa. En el transcurso del siglo 20, muchos más escándalos han salido a la luz, no importa lo mucho que la Iglesia le gustaría mantenerlos en secreto.
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10)
Los huérfanos de Duplessis
En los años 1930 y 1940, una revolución conservadora marcó el comienzo de una era en Quebec ahora conocida como " la gran oscuridad". Dirigida por el primer ministro Maurice Duplessis, el período se caracterizó por la corrupción y la represión sin precedentes, en muchas de la cuales participó la Iglesia Católica. Después que Duplessis recibió el apoyo de la Iglesia provincial durante su ascenso al poder, trató de devolver el favor con un esquema de hacer dinero en un extraño manejo en torno a la institucionalización de los niños.
En ese momento, los subsidios federales para hospitales mentales eran mucho más grandes que los que recibían los orfanatos, que eran en gran medida responsabilidad del gobierno provincial. A partir de la década de 1940, el gobierno de Duplessis, en colaboración con la Iglesia Católica (con el control de la mayoría de los orfanatos de la provincia y hospitales mentales) comenzó a diagnosticar sistemáticamente a los niños huérfanos con diagnósticos de enfermedades mentales que no tenían. Como resultado de estos falsos diagnósticos, los huérfanos fueron enviados a instituciones psiquiátricas, las que clasificaron para un mayor subsidio federal. En algunos casos, los orfanatos se vaciaron después de que sus niños fueron declarados mentalmente incompetentes; a continuación, el orfanato se convirtió en un manicomio por lo que la Iglesia Católica podría hacer más dinero de los subsidios. Alrededor de 20.000 niños fueron diagnosticados erróneamente y encarcelados de esta manera.
Para empeorar las cosas, muchos de los huérfanos no eran huérfanos exactamente. Sino que algunos de ellos eran simplemente los hijos de madres solteras llevados a la fuerza a la custodia de la Iglesia, que veía mal la existencia de niños fuera del matrimonio. Luego de ser ingresados, los niños estaban sujetos a una vida de pesadilla que incluía el abuso sexual, la terapia de electroshock, y lobotomías incluso forzadas. Algunos niños fueron utilizados en pruebas de drogas y otros experimentos médicos. Muchos murieron como resultado de su tratamiento.
Por la década de 1990, cerca de 3.000 supervivientes de los orfanatos de Duplessis se organizaron para llevar sus historias a la luz y hacer presión al gobierno canadiense clamando por justicia. A pesar de que finalmente se concedió un arreglo monetario por parte del gobierno de Quebec, la Iglesia Católica todavía tiene que pedir perdón por su papel en el escándalo.
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9)
“Hogar de Niños”
Durante los siglos XIX y XX, alrededor de 150.000 británicos pertenecientes a "Hogar de Niños " fueron enviados a Australia, Nueva Zelanda, Canadá, y Rhodesia. El esquema podría decirse que se remonta hasta el siglo XVII, pero lo sorprendente es el tiempo que duró: entre 1947 y 1967 unos 10.000 niños fueron enviados desde el Reino Unido a Australia.
Quienes estaban detrás de este esquema tenían intenciones ideológicas claras: querían asegurarse de que las colonias en cuestión tendrían mayoría blanca. Los niños británicos elegidos para ser enviados a todo el mundo eran referidos a menudo como "buena raza blanca".
Competitivos grupos religiosos, entre ellos los Hermanos Cristianos Católicos, intentaron utilizar este esquema para aumentar sus seguidores en las colonias. Entre los años 30 y principios de los años 60, la Iglesia Católica envió al menos 1.000 niños británicos y 310 de Malta a las escuelas católicas en Australia, donde muchos se vieron obligados a hacer trabajos de construcción o algún otro tipo de trabajo duro.
Además de los trabajos forzados, investigaciones posteriores han encontrado que muchos de los niños migrantes bajo el cuidado de la Iglesia fueron brutalmente golpeados, violados y afectados por hambre (algunos niños fueron obligados a "luchar por la comida tirada en el suelo" para sobrevivir. Muchos de los niños fueron despojados de su nombre de nacimiento. Décadas más tarde, en 2001, la Iglesia Católica en Australia confirmó los crímenes cometidos y emitieron una disculpa.
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8)
Niños robados de España
A partir de la década de 1930, el régimen fascista de Francisco Franco trató de purificar España a través del robo de bebés provenientes de padres "indeseables" para que fuesen criados en un entorno políticamente más aceptable. El régimen se dirigía originalmente a los niños de los izquierdistas, que el gobierno español vio como que padecían "una forma de enfermedad mental que contaminaba la raza hispana", pero con el tiempo llegó a apuntar a las madres solteras y de otro tipo a los padres "no aptos". A la larga, nada menos que 300.000 bebés fueron robados de sus padres.
El esquema de robo de bebé se llevó a cabo con la estrecha cooperación de la Iglesia católica en España. Después de llegar Franco al poder se hizo llamar “el defensor de la España católica”. La Iglesia controlaba la mayor parte de los servicios sociales de España, desde las escuelas o los hospitales a los hogares infantiles. Esto permitió que miles de niños fuesen robados o separados de sus padres por médicos católicos, sacerdotes y monjas.
En muchos casos, las enfermeras en los hospitales católicos tomarían el bebé recién nacido de su madre para ser examinado. La enfermera entonces volvería con un bebé muerto que se mantuvo en hielo con el fin de persuadir a la madre que su bebé había muerto de repente. Después de que los bebés eran robados de sus madres, a menudo eran vendidos en adopciones ilegales con fines de lucro.
Después de la muerte de Franco en 1975, la Iglesia conservó su control sobre los servicios sociales en España y en gran parte siguió el esquema. Los secuestros de niños no llegaron totalmente a su fin hasta 1987, cuando el gobierno español comenzó a apretar las regulaciones de adopción. Se ha estimado que alrededor del 15 por ciento de las adopciones en España entre 1960 y 1989 fueron parte del esquema del secuestro.
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7)
El regreso de los niños judíos bautizados
Mientras el Papa Pío XII era criticado por permanecer en gran medida en silencio sobre el Holocausto y la política de la II Guerra Mundial, bajo su dirección, la Iglesia Católica adoptó medidas para salvar varios miles de Judíos de los nazis. Algunos Judíos italianos y húngaros hicieron certificados de bautismo falsos y otros documentos de identificación como católicos. En Francia, muchos niños judíos fueron bautizados y se colocaban en las escuelas católicas y orfanatos, ocultándolos efectivamente de los nazis.
El problema fue lo que sucedió después. Cuando terminó la guerra, la Iglesia Católica en Francia emitió una directiva que prohibía a sus representantes el devolver a los niños judíos que habían sido bautizados a sus familias. El documento, que afirmaba haber sido "aprobado por el Santo Padre", declaraba firmemente que "los niños que han sido bautizados no deberán ser confiados a las instituciones que no estarían en condiciones de garantizar la educación cristiana".
Muchos de los niños en cuestión habían perdido a sus padres en el Holocausto, y algunos deliberadamente ocultaron su origen judío. La cuestión llamó la atención por primera vez del público en Francia con el caso de Robert y Gerald Finaly, que se convirtió en objeto de una larga batalla legal después de que sus parientes judíos supervivientes intentaron recuperarlos de la custodia de los católicos franceses que los habían bautizado. Otros católicos franceses aparentemente ignoraron la orden de la Iglesia y acordaron devolver los niños judíos bajo su cuidado, incluyendo al futuro Papa Juan XXIII, que era el representante del Vaticano en París en ese momento. Hasta el día de hoy no está claro cuántos niños judíos la Iglesia mantuvo o cuántos devolvió después.
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6)
Oro nazi en el banco del Vaticano
En 1947, un agente de Tesoro de Estados Unidos llamado Emerson Bigelow aparentemente escribió un informe altamente clasificado que alegaba que la Iglesia Católica había recibido oro nazi a través del banco del Vaticano. A pesar de que el propio informe se ha perdido, una carta escrita por Bigelow proveniente de una fuente confiable, explicaba que el régimen marioneta nazi de los Utashe en Croacia había introducido alrededor de 350 millones de francos suizos en oro fuera del país al final de la guerra. Según Bigelow, quizás 200 millones de francos de éstos fueron brevemente retenidos en el banco del Vaticano para su custodia.
La carta de Bigelow también hace referencia a la información que el oro había sido posteriormente canalizado a través de la "Las tuberías del Vaticano" para España y América del Sur, donde fue utilizado para ayudar a escapar a nazis y funcionarios de la Utashe del castigo por sus crímenes. La carta sólo salió a la luz en 1997, después de haber sido desclasificada por el gobierno de Estados Unidos en el año anterior. Un portavoz del banco del Vaticano negó las acusaciones, pero la Iglesia Católica permanece envuelta en pleitos sobre su presunto lavado de oro nazi.
En 2000, una demanda colectiva fue presentada por alrededor de 2.000 sobrevivientes del Holocausto y sus familiares que buscaban la restitución del Vaticano de hasta a $ 200 millones, utilizando la carta de Bigelow y otros documentos recientemente liberados alegando que el Vaticano había albergado indebidamente el oro robado de los judíos de Europa. Desde entonces, el juego se ha estancado, con cortes estadounidenses divididas sobre si el caso puede ser juzgado en los EE.UU.
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5)
La alianza con el fascismo
Hoy en día, el Vaticano es famoso por ser el país más pequeño del mundo , pero no siempre ha sido así. Roma fue la capital de los Estados Pontificios durante cientos de años. Pero después de que Italia se unió en el siglo XIX, el Papa perdió sus territorios temporales, provocando un tenso enfrentamiento entre la Iglesia y el Estado. El Vaticano se convirtió oficialmente en país de nuevo en 1929, y lo hizo porque la Iglesia Católica se metió en la cama con el fascismo.
En 1922, Benito Mussolini y su Partido Nacional Fascista llegaron al poder, con el tiempo abolió la democracia y se formó una dictadura brutal. En 1929, Mussolini y la Iglesia Católica firmaron el Tratado de Letrán, la resolución de la crisis mediante la concesión a la Iglesia de un estado soberano dentro de Italia.
Para endulzar el acuerdo, Mussolini dio a la Iglesia una liquidación en efectivo considerable. La Iglesia, a su vez utilizó el dinero para crear una cartera de inversión internacional lucrativa, que ahora está valorada en alrededor de £ 500 millones (USD $ 781 millones).
A la Iglesia también se le dio una generosa exención de impuestos y a los sacerdotes católicos se les dio un salario garantizado por el gobierno italiano. El tratado también hizo oficialmente el catolicismo religión del estado de Italia, por lo que las clases de religión se volvieron obligatorias para todos los escolares italianos salvo por alguna una exención especial.
El tratado también incluyó una cláusula de protección de la "dignidad" del Papa, lo que significa efectivamente que los que criticaron a la Iglesia podrían ser procesados. En 2008, un fiscal romano con exceso de celo inició una investigación contra un cómico italiano que hizo una broma criticando al Papa Benedicto XVI. Afortunadamente, el intento fue bloqueado por el Ministerio de Justicia italiano, una decisión apoyada oficialmente por el Vaticano.
A cambio de la firma del tratado, la dictadura fascista de Mussolini recibió el apoyo público de la Iglesia Católica y fue reconocido como el legítimo gobierno de Italia, a pesar de que Mussolini había abolido la democracia cuatro años antes. Después de la firma del tratado, el periódico oficial del Vaticano alabó a Mussolini, diciendo: “Italia ha retornado a Dios y Dios a Italia”
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4)
Encubrimiento de abuso infantil y la protección a sacerdotes pedófilos
El abuso infantil generalizado dentro de la Iglesia Católica ha sido un problema desde hace mucho tiempo, pero el tema no llegó verdaderamente al público hasta finales de 1980. El abuso es un gran escándalo en sí mismo, pero el hecho de que tomó tanto tiempo para salir a la luz habla de un crimen aún mayor: la Iglesia Católica como institución actuó deliberadamente para encubrir el abuso infantil y protegió a curas pederastas de forma sistemática.
Los hechos fueron totalmente sacados a la luz en 2002, cuando cinco sacerdotes católicos fueron juzgados en Boston por su horrible abuso a los niños. Uno de los sacerdotes condenados, el padre John Geoghan, supuestamente había abusado de hasta 130 niños antes de ser capturado. Pero los superiores del padre Geoghan sabían de sus crímenes mucho antes de que se le acusara en un tribunal de justicia. No sólo la Iglesia no lo entregó a las autoridades, si no que incluso no fue expulsado del sacerdocio. En su lugar, simplemente se le reasignó a otras parroquias, donde continuó abusando de niños con impunidad.
En Wisconsin, un sacerdote católico llamado Lawrence Murphy violó a más de 200 niños sordos y con discapacidad en una escuela de la iglesia entre 1950 y 1974. Cuando los superiores de Murphy se dieron cuenta del abuso, ni siquiera lo echan de su trabajo de enseñanza. En su lugar, le dieron un permiso de licencia. No fue hasta 1996 que la Iglesia investigó internamente el abuso. Sin embargo, la Iglesia decidió no castigar al violador de niños, por su avanzada edad y su frágil salud. Murphy murió unos meses después y fue enterrado con "la plena dignidad y el honor de un sacerdote católico romano santo."
En febrero de 2014, un comité especial de las Naciones Unidas sobre los derechos del niño encontró que la Iglesia Católica tenía sacerdotes "sistemáticamente" protegidos que violaron a los niños, y es por lo tanto responsable de permitir que "decenas de miles" de niños hayan sido objeto de abuso. El comité afirmó que la Iglesia ha "colocado consistentemente la preservación de la reputación de la Iglesia y la protección de los autores antes que los intereses de los niños".
El actual Papa, Francisco, recientemente afirmó que tenía datos fiables que indican que alrededor de un 2 por ciento de los clérigos católicos son pedófilos. Actualmente existen alrededor de 414.000 sacerdotes católicos de todo el mundo. Así que de acuerdo con el mismo Papa, se estima que hay 8.000 sacerdotes pedófilos que trabajan actualmente para la Iglesia Católica.
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3)
Los Asilos Magdalena
Sobre la base de sus ideas ultraconservadoras acerca de la sexualidad, la Iglesia Católica apresó mujeres sospechosas de prostitución o promiscuidad y las internó en instituciones gestionadas por la iglesia conocidas como los asilos de Magdalena. Inicialmente, las mujeres estaban comprometidas con los asilos para recibir "tratamiento" pseudo-psiquiátrico por su presunta culpabilidad o promiscuidad. Muchas mujeres fueron enviadas a los asilos por sus propias familias.
Esto ocurrió principalmente en Irlanda; las mujeres presas se vieron obligadas a hacer trabajos de esclavo, la mayoría relacionados con el lavado de ropa, durante siete días a la semana. Por supuesto, a la Iglesia se le paga por el trabajo, ya que las lavanderías fueron operadas para un beneficio. Las mujeres detenidas sufrieron palizas terribles, mala alimentación y abuso sexual. Se ha estimado que alrededor de 30.000 mujeres fueron forzadas en las lavanderías irlandesas.
Los asilos operaron en Irlanda desde el siglo XVIII hasta el siglo XX, pero no se convirtieron en un tema de debate público hasta 1993, cuando 155 cuerpos fueron descubiertos en una fosa común en el norte de Dublín. Las autoridades del asilo habían enterrado a las mujeres en secreto, sin decírselo a sus familias o incluso sin decirle a las autoridades que habían muerto, ninguna de las 155 mujeres tenían un certificado de defunción.
En 2013, las autoridades irlandesas han acordado pagar al menos $ 45 millones de indemnización a las sobrevivientes después de que el Comité de las Naciones Unidas contra la Tortura instó al gobierno a corregir la situación. La Iglesia Católica todavía tiene que pedir perdón.
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2)
Rutas de escape clandestinas nazis
Al final de la Segunda Guerra Mundial, muchos criminales de guerra nazis intentaron huir de Europa para evitar ser procesados. Por lo menos en algunos casos, recibieron ayuda de clérigos católicos de alto nivel. En diciembre de 1944, la iglesia permitió a un obispo llamado Alois Hudal visitar a los prisioneros nazis mantenidos en campos de retención aliados, presumiblemente por razones religiosas. Sin embargo, el obispo Hudal utilizó su posición para ayudar a criminales de guerra nazis a huir a un lugar seguro.
Hudal ayudó a establecer rutas de escape conocidos como "Ratlines", permitiendo a nazis huir a una relativa seguridad en América del Sur. Utilizó su posición en la jerarquía de la Iglesia para obtener documentos de viaje de la Organización del Vaticano. A varios nazis de alto rango se les entregaron pasaportes del Estado Vaticano, lo que les permitió que se disfrazaran como sacerdotes.
Uno de los nazis al que ayudó a escapar el obispo Hudal fue Franz Stangl, quién fuera general hasta 1967, cuando fue detenido en Brasil. Stangl fue extraditado a Alemania Occidental y condenado por la supervisión de la matanza de 900.000 Judíos.
Mientras tanto, un grupo de sacerdotes croatas que operaban en un seminario católico en Roma, establecerían una ruta de escape que ahora se conoce como “La Ratline de San Girolamo”. Dirigida por el padre Krunoslav Draganovic, la organización fue fundada inicialmente para ayudar a los miembros de la Utashe a escapar de Europa, pero sus operaciones pronto se ampliaron para incluir a los nazis alemanes como Klaus Barbie.
Al menos 9.000 nazis escaparon a América del Sur después de la guerra. La manera en que la Iglesia como institución los ayudó sigue siendo controvertida. El consenso histórico es que Hudal y Draganovic actuaron sin el conocimiento o consentimiento del Vaticano, pero los historiadores también han argumentado que la Iglesia podría haber hecho más para asegurar que su programa de refugiados no fuera explotado por los criminales de guerra.
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1)
El Holocausto Croata
Mientras que los campos de concentración dirigidos por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial son probablemente más conocidos hoy en día, hay muchos campos de concentración similares en otros países, incluidos algunos en Yugoslavia dirigidos por sacerdotes católicos.
Después que las potencias del eje ocuparon Yugoslavia en 1941, un nuevo gobierno fascista se formó, llamado Estado Independiente de Croacia, que se considera que fue un "estado títere nazi ". El nuevo gobierno fue dirigido por el Utashe, la versión Croata de los nazis y encabezado por un dictador llamado Ante Pavelic. La Utashe está definida por su catolicismo ultraconservador y racismo.
Después que Pavelic tomó el poder, el arzobispo católico Aloysius Stepinac celebró un banquete para el dictador, proclamándolo "la mano de Dios en el trabajo". Pavelic fue recibido también por el mismísimo Papa Pío XII. Cuatro días antes de esta reunión, la Utashe había encerrado a cientos de serbios dentro de una iglesia ortodoxa a la que incineraron hasta los cimientos. Diplomáticos yugoslavos advirtieron al Papa de las atrocidades y le pidieron que no se reuniera con el dictador fascista, pero el Papa Pío XII se negó a su petición.
Meses más tarde, un líder de la Utashe sugirió la destrucción de la población serbia de Croacia, "matar a un tercio, expulsando el otro tercio, y asimilando el tercio restante".
Tales ambiciones genocidas pronto se convirtieron en una realidad aterradora. Los campos de concentración se establecieron en todo el país, incluyendo uno de los mayores campos de Europa en Jasenovac, donde hasta 800.000 serbios, Judios, gitanos y disidentes políticos fueron asesinados. Clérigos católicos croatas sirvieron como guardias y verdugos en los campamentos. En el campo de Jasenovac, un estudiante para sacerdote llamado Petar Vrzica ganó un concurso por cortar 1.350 gargantas en una sola noche.
La masacre no estaba contenida en los campos tampoco. La Ustashe descendería a los pueblos con hachas y cuchillos. Uno de los ataques en 1942 fue dirigido por un sacerdote y pudo haber matado a 2.300 serbios. Un sobreviviente del ataque describe cómo los Utashe decapitaron niños pequeños y a continuación, arrojaron las cabezas cortadas a sus madres horrorizadas, cortaban y abrían estómagos de embarazadas, y violaban jóvenes mujeres ante la vista aterrada de sus familiares.
A pesar de todo esto, Pavelic siguió intercambiando telegramas "cordiales" con Pío XXI. La prensa católica en Croacia publicó propaganda para el régimen fascista. El Vaticano jamás habló en contra de las matanzas.
Cuando terminó la guerra y Yugoslavia fue liberada por los partisanos comunistas, el Arzobispo Stephinac fue condenado por crímenes de guerra y enviado a la prisión de Lepoglava. Sin embargo, el nuevo estado yugoslavo lo libera después de la presión del Vaticano. Stephinac más tarde fue nombrado cardenal por Pío XII. En 1998, fue beatificado por el Papa Juan Pablo II.
Traducido del original:
http://listverse.com/2015/01/02/10-dirty-secrets-of-the-catholic-church/
Agradecimiento especial a Lucy Spee por su colaboración en la traducción.
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"La ignorancia como la religión, cuanto más lejos mejor"
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