Le hicieron el aborto legal a la nena de 10 años que fue violada por un familiar en Brasil: fue en medio de protestas de grupos religiosos
Pese a que el procedimiento fue autorizado por la Justicia, tuvo que viajar 2000 kilómetros. El caso reavivó el debate sobre la interrupción del embarazo en ese país, desnudó cifras de violaciones y mostró el avance de los grupos antiderechos sobre procedimientos contemplados por la ley.
Última modificación: 18 de Agosto 2020, 16:12hs
Este domingo, cuando en la Argentina se celebraba el día del niño, uno de los lemas que recorrió las redes fue #niñasnomadres. Es porque una nena brasileña de 10 años que quedó embarazada tras ser violada por un familiar tuvo que viajar miles de kilómetros para escapar de grupos religiosos y realizarse el aborto que le correspondía por ley y que -además- la Justicia había autorizado.
El caso salió a luz el 7 de agosto, cuando la pequeña acudió a un hospital de la localidad de Sao Mateus, en el sureste de Brasil, con fuertes dolores abdominales y reveló a los médicos que había sido violada por su tío. El hombre, de 33 años, fue detenido este martes.
Tras una examen de sangre, quedó comprobado el embarazo de cerca de tres meses de la niña y la Justicia autorizó el viernes a que se le practicara un aborto legal.
"La decisión de la niña es soberana"
En la decisión, el juez Antonio Moreira Fernandes, del Tribunal de Justicia del estado de Espírito Santo, determinó la realización "inmediata" del aborto por procedimiento inducido o por cirugía.
En Brasil, el aborto solo está permitido en casos de violación, si la gestante corre riesgo de vida o cuando el feto presenta anencefalia.
En su decisión, obtenida por el diario A Gazeta y el Grupo Globo, el magistrado tuvo en cuenta el deseo de la menor de interrumpir el embarazo y concluyó que "la voluntad de la niña es soberana, aunque se trate de incapaz".
El fiscal Fagner Cristian Andrade Rodrigues defendió el aborto como un derecho de la menor, incluso para que pueda recuperarse del daño psicológico que le provocó la violación.
Moreira Fernandes destaca en el documento que, durante una consulta de la Asistencia Social con la niña, cuando se le mencionó el embrazo, la pequeña se "agarró a un oso de peluche", "entró en profundo sufrimiento, gritó, lloró" y "reafirmó no querer" seguir con la gestación.
La pequeña llegó a ser internada en un hospital de Vitoria, capital del estado de Espírito Santo, pero pese a la decisión judicial, los médicos se negaron por motivos de conciencia y la nena y su familia enfrentaron un viacrucis que, desde el punto de vista clínico, terminó este lunes con el final del procedimiento quirúrgico en un centro médico de Recife, unos 2000 kilómetros al norte.
La menor "puede ser dada de alta a cualquier momento. Fue un procedimiento inducido, todo de acuerdo con el protocolo de seguridad y de forma efectiva, reduciendo al máximo el sufrimiento de la niña y hoy está muy aliviada", dijo el médico Olimpio de Moraes, a cargo de la realización del procedimiento.
Pese al intento de las autoridades de mantener bajo sigilo el centro médico donde tendría lugar el procedimiento, decenas de manifestantes a favor y en contra del aborto acudieron al hospital.
Cerca de una veintena de religiosos sostenían pancartas contra el aborto y recibieron al médico que trataría a la paciente bajo gritos de "asesino". Los grupos antiderechos también intentaron forzar las puertas del hospital, y la policía tuvo que intervenir.
"Algunos diputados y fundamentalistas intentaron invadir la maternidad, que es una maternidad de alto riesgo, llamando a la niña asesina", denunció Carol Virgulino, quien preside la comisión de Derechos Humanos de la Asamblea Legislativa de Pernambuco.
Cuando supo qué estaba pasando, la diputada se desplazó al lugar para ofrecer "apoyo" a la niña y hacer que "sea garantizada la ley", así como el concejal Iván Moraes, del Partido Socialismo y Libertad (PSOL).
"Estamos hablando de la salud de una niña de 10 años que fue sistemáticamente violada y torturada y que no merece continuar sufriendo violencias", completó Moraes. Grupos feministas luego realizaron una cadena humana en el lugar para impedir el avance de los autodenominados "provida".
La Fiscalía regional de Espírito Santo abrió una investigación por la supuesta presión de grupos religiosos, tanto evangélicos como católicos, para intentar persuadir a la familia de la menor para que no se realizara el aborto.
Un médico excomulgado
Olimpio de Moraes, que es director del Centro Integrado de Salud Amaury de Medeiros (CISAM) de Recife, una clínica materna pública de referencia en el país para este tipo de procedimientos, ya fue excomulgado por la iglesia Católica después de practicar en 2009 un aborto legal de gemelos a una menor de nueve años.
"Ese caso tuvo una repercusión muy grande. Éste, con la niña de 10 años, también es uno de los casos más precoces. Lo más común es que sea de 12, 13 o 14 años para adelante, lo que también es violación", comentó el médico.
Según el director del CISAM, "cuanto menor es la edad, más riesgo hay para la niña y estamos acostumbrados a esta controversia y principalmente cuando hay una bola dividida como esta, que trae un desgaste muy grande para todos los que participan".
El medico respetó la decisión de sus colegas en Espírito Santo, porque algunos estados "tienen protocolos diferentes, más rígidos" y, en ese sentido, recalcó que Pernambuco, particularmente el CISAM, actúa desde 1996 como "referencia en atención de casos de violencia contra la mujer y para el aborto previsto en la ley".
"Esta repercusión ocurre cuando todo sale de lo normal, cuando hay fuerzas que quieren obstruir los derechos de la niña, de la mujer. Es un derecho humano a la dignidad, un derecho de todo Brasil", lamentó el ginecólogo y obstetra.
En el CISAM, subrayó Moraes, el procedimiento practicado a la niña "también está dentro de la ley, la norma técnica del Ministerio de Salud orienta que sea hasta las 22 semanas, pero no es impedimento hacer el aborto de una violación más allá de las 22 semanas".
"Este caso no era de seis meses (como se llegó a mencionar), en realidad era un feto de cinco meses, inviable, y nosotros estamos siguiendo nuestro protocolo del Ministerio de Salud del Gobierno Brasileño", con respaldo de la Fiscalía, representantes de sectores de la sociedad civil y de los consejos médicos, completó.
El Instituto Anis apuntó en 2019 que el 15 % de las mujeres negras y el 24 % de las indígenas ya hicieron por lo menos un aborto en su vida, comparado con el 9 % de las blancas.
En 2018, de acuerdo con el Anuario de Seguridad Pública, en el país se cometieron 66.000 violaciones , con un 54 % a menores de 13 años.
La publicación Cuaderno de Salud Pública de Río de Janeiro, en tanto, recopiló datos entre 2008 y 2015 en el que apunta que en ese periodo se presentaron casi 200.000 hospitalizaciones por aborto, de los cuales 1600 fueron por práctica legal, y ocurrieron entre el total 770 muertes de las mujeres.
Fuente:
https://tn.com.ar/internacional/le-hicieron-el-aborto-legal-la-nena-de-10-anos-que-fue-violada-por-un-familiar-en-brasil-fue-en_1106130/
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El debate en Brasil por el aborto practicado a una niña de 10 años violada por su tío
Redacción
BBC News Mundo
18 agosto 2020
El aborto practicado a una niña de 10 años violada por su tío desató en Brasil una intensa disputa médica, política, judicial y religiosa
La intervención fue realizada en la mañana del pasado domingo en Recife, en el estado de Pernambuco, después de que los médicos del hospital del estado de Espírito Santo (a más de 1.800 kilómetros) se negaran a practicar el aborto por motivos de conciencia.
El aborto está permitido en Brasil solo en casos de violación, riesgo de muerte para la madre y feto anencefálico, pero es sujeto de gran controversia.
Los médicos alegaron que la edad gestacional no estaba "respaldada por la legislación vigente", al haber superado el embarazo las 22 semanas, según medios locales.
"La voluntad de la niña es soberana", afirmó el juez Antonio Moreira Fernandes, del Tribunal de Justicia de Espírito Santo.
La niña, que es negra y vive con su abuela, fue violada por su tío desde que tenía 6 años.
Al recibir la visita de asistentes sociales y ser mencionado el embarazo, la pequeña "aprieta contra el pecho un oso de peluche y, nada más salir el tema del embarazo, entra en profundo sufrimiento, grita, llora (…)", cuenta la decisión judicial.
El juez afirmó que las normas del Ministerio de Salud sobre abortos aseguran que "incluso gestaciones más avanzadas pueden ser interrumpidas", explica BBC Brasil.
La presión de grupos religiosos llegó hasta el hospital en Recife, al que se desplazaron tras filtrarse la información sobre el centro e incluso el nombre de la menor, y donde llamaron "asesinos" a miembros del equipo médico e intentaron impedir la entrada del director.
Grupos de mujeres se acercaron también para mostrar su apoyo a la menor.
En sus perfiles de redes sociales la ministra de Derechos Humanos y pastora evangélica Damares Alves lamentó la decisión judicial, manifestó sufrir por el caso y afirmó haber enviado representantes del Ministerio para dar seguimiento a las investigaciones.
También dijo que seguiría el proceso judicial hasta el final.
El médico Olimpio Moraes, responsable de la intervención, dijo que esta se produjo "reduciendo al máximo el sufrimiento de la niña".
"Ella está bien clínicamente, aliviada. La secuela mayor que queda, en la que toda la sociedad tiene que pensar, es la de recuperar la vida de esta niña", declaró, citado por Jornal Nacional.
Fuente:
https://www.bbc.com/mundo/noticias-53822044
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Una niña violada en Brasil logra abortar pese al acoso de grupos ultraconservadores
La menor ejerce su derecho legal a pesar de la presión de pastores, una ministra de Bolsonaro y hasta médicos
MARINA ROSSI
São Paulo - 18 AGO 2020 - 13:15 ART
Un sapo y una jirafa de peluche. Al lado de la abuela y de una trabajadora social, esos fueron los acompañantes de una niña brasileña de 10 años hacia el hospital donde, finalmente, logró abortar. Victima de su tío, que la violó desde los seis años, la menor viajó en avión entre Vitória y Recife el domingo. Con un vestido estampado con flores y formas geométricas azules, chanclas rosa y un bolso del mismo color, la niña embarazada llegó al aeropuerto de Recife sobre las 3 de la tarde (hora local). Un comité de ayuda, mayoritariamente compuesto por mujeres, se disponía a amparar a la niña en su calvario para garantizar que se hiciera el aborto, previsto por ley para casos como ella.
La peregrinación de la niña en busca de atención médica no se limitó a la distancia física entre las dos ciudades, separadas por unos 1.500 kilómetros. La chica sufrió hasta el último minuto las presiones de activistas y médicos ultraconservadores. Ya ingresada en el Centro Integrado de Salud Amaury de Medeiros (CISAM), en Recife, referencia en la atención a víctimas de violencia sexual, fue acosada por un obstetra y una pediatra que trataron de hacerla cambiar de idea. Pero tanto ella como su abuela, responsable legal de la niña, estaban seguras de la decisión de interrumpir aquel embarazo.
En 2018, fecha de los datos más recientes del Ministerio de la Salud, 21.172 niñas con edades entre 10 y 14 años fueron madres en Brasil. De ese total, 15.851 eran negras, como la niña de esta historia. Ella, sin embargo, estaba decidida a no formar parte de esa estadística. La Justicia ya había autorizado el procedimiento el pasado viernes, atendiendo a la petición de la fiscalía del estado de Espírito Santo y entendiendo a que la voluntad de la niña es soberana, y que la ley permite la interrupción del embarazo en casos de violación. Aun así, la víctima tuvo de enfrentar un calvario: ningún hospital de Espírito Santo, donde vive, quiso hacer el procedimiento, aduciendo cuestiones “técnicas”.
El rechazo a interrumpir el embarazo, sumado a la intensa reacción de grupos radicales iniciada en las redes sociales, llevó a una carrera contra el reloj. Una red de mujeres montó un esquema para garantizar que la niña viajara con seguridad a Recife. Al llegar al aeropuerto, un coche ya la esperaba para llevarla inmediatamente al CISAM, donde se haría la intervención. En el trayecto, de cerca de media hora, fue escoltada por un segundo coche, por el temor a los grupos radicales. Llegaron, finalmente, al hospital, donde entraron por la puerta de atrás. A las puertas del centro médico se concentraban unas docenas de militantes, incendiados por la ministra de la Mujer, la Familia y los Derechos Humanos de Jair Bolsonaro, la pastora evangélica Damares Alves.
Los activistas y religiosos se dirigieron al hospital después de que Sara Giromini, una conocida extremista de derechas, difundiese no solo la dirección del hospital sino también el nombre de la niña, en una violación del Estatuto del Niño y del Adolescente (ECA, por las siglas en portugués). El caso se encuentra bajo secreto judicial, y este lunes un tribunal ordenó a las redes sociales que borren publicaciones con los datos de la niña.
Pese a la movilización, la chica pudo pasar desapercibida y el equipo médico de CISAM la recibió en el aparcamiento. Fue llevada a una sala de espera donde una televisión retransmitía el partido de la Liga brasileña entre Vasco y São Paulo. La niña es una apasionada del fútbol. Hincha del Flamengo, compartió los comentarios del partido con la abuela, que es seguidora del Vasco, y la trabajadora social, hincha del São Paulo. Afuera, activistas radicales contrarios al aborto gritaban “asesino” al médico Olímpio Moraes Filho, director del CISAM. El centro, mantenido por la Universidad Estatal de Pernambuco (UEP), es una referencia regional en ese tipo de intervención y en la acogida a víctimas de violencia sexual.
El viaje duró más de seis horas, ya que no hay vuelo directo entre Vitória y Recife. La niña tuvo que salir de su Estado tras pasar 36 horas en el Hospital Universitario Cassiano Antonio Moraes (HUCAM), en la capital de Espírito Santo, hasta que ese centro al final anunció su rechazo a la intervención. Rita Elizabeth Checon de Freitas Silva, jefa del HUCAM, dijo en una rueda de prensa el lunes que se trató de “una decisión absolutamente técnica”, sin “sesgo ideológico o religioso y ninguna interferencia externa”.
Según Silva, su hospital no estaba “capacitado” para hacer el aborto, porque la gestación ya cursaba la semana 22 (más de cinco meses) y el feto tenía más de 500 gramos – dos factores limitantes para el aborto legal, según el Ministerio de la Salud –, y además la niña había desarrollado diabetes gestacional. Sin embargo, en caso de violación, al contrario de lo que alardearon los ultraconservadores, el aborto es permitido en situaciones como esa, siempre y cuando lo autorice la gestante. No hay límite de tempo. Y fue ése el entendimiento de la Justicia el pasado viernes. El departamento estatal de Salud determinó entonces que se contactara el Hospital de Clínicas de Uberlândia (Minas Gerais), que rechazó la paciente por falta de plazas, y el CISAM, en Recife, que acogió a la niña.
Libros y plastilina
La peregrinación de esa niña, a quien le gusta leer y jugar con plastilina, según personas de su entorno, comenzó mucho antes de las 36 horas que pasó ingresada en el HUCAM. El 8 de agosto, fue llevada por una tía al hospital de la localidad donde vive, São Mateus, 183 kilómetros al norte de Vitória, quejándose de dolores abdominales. Cuando se comprobó que estaba embarazada, la niña contó a una trabajadora social que había sido violada por su tío. Y contó que eso sucedía continuadamente desde que ella tenía 6 años. La policía local investiga el caso. El tío, de 33 años, está acusado por violación de vulnerable y amenaza y fue detenido ese martes. Desde que acudió por primera vez al hospital, la niña ya manifestaba claramente su deseo de interrumpir el embarazo.
Mientras la Justicia decidía si podía o no abortar, la niña recibió en su casa visitas de pastores evangélicos que intentaron convencerla a no someterse a la intervención. La fiscalía de Espírito Santo prometió investigar a grupos que intentaron presionar a la abuela de la niña. El arzobispo de la Archidiócesis de Olinda y Recife, Fernando Saburido, también trató de dejar claro que la alta jerarquía católica está alineada a los ultraconservadores: “Si grave fue la violencia del tío que venía abusando de una niña indefensa (...), gravísimo fue el aborto realizado en Recife”.
Pero al mismo tiempo en que las presiones crecían dentro y fuera del hospital, la red de resistencia también ganaba fuerza. Ese lunes, después que la Secretaría de Salud de Pernambuco informase que la intervención se había llevado a cabo y la chica estaba bien, el grupo de mujeres seguía movilizado. Habían llenado la habitación de la menor con libros y juguetes para cuando la niña volviese del quirófano. El domingo, ella ya había recibido una caja de plastilinas y no se separaba del regalo, junto con su sapo y su jirafa.
Fuente:
https://elpais.com/sociedad/2020-08-18/una-nina-violada-en-brasil-logra-abortar-pese-al-acoso-de-grupos-ultraconservadores.html
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La ministra Damares Alves será convocada al Congreso para esclarecer la filtración de los datos de la niña a la que le realizaron un aborto luego de ser violada
20 de agosto de 2020 ·
Política internacional
Se pretende esclarecer si la jerarca, una pastora evangélica conservadora, le dio los datos a la extremista fascista Sara Giromini, que los difundió en las redes sociales.
El caso de la niña de diez años a quien le realizaron un aborto el domingo en un hospital de la ciudad de Recife sigue generando repercusiones en Brasil. Este miércoles el diputado federal Marcelo Freixo, uno de los más reconocidos representantes parlamentarios del izquierdista Partido Socialismo y Libertad (Psol), anunció que convocará al Congreso a la ministra de la Mujer, Familia y Derechos Humanos, Damares Alves, para que se esclarezca la filtración de datos de la niña que, acompañada por su abuelo, decidió interrumpir su embarazo luego de haber sido violada por su tío, quien ya se encuentra detenido. “Este crimen debe ser investigado”, agregó el diputado Freixo en sus redes sociales, de acuerdo a lo que informó el portal Brasil 247.
El legislador del Psol no es el único que cree que la ministra Alves, una pastora evangélica y educadora conocida por sus posiciones conservadoras, tuvo que ver en el asunto. El Ministerio Público de Espírito Santo, estado situado al norte de Río de Janeiro del que es oriunda la niña, sospecha que asesores de la jerarca fueron los que filtraron, por orden de Alves, datos personales de la menor, una niña que vive en situación de extrema vulnerabilidad, ya que su madre murió, su padre está preso y está a cargo de su abuela.
Según informó la revista Fórum, el 9 de agosto, dos días después de que se notificara la internación de la niña en un hospital de São Mateus, localidad situada a 220 kilómetros de Vitória, ciudad capital de Espíritu Santo, Alves envió a dos de sus asesores del ministerio, quienes se contactaron con la niña y su abuela, acompañados por el diputado estadual Lorenzo Pazolini, perteneciente a la bancada evangélica. Según explicó la ministra, su intención era “conocer detalles de las investigaciones” sobre el caso. De acuerdo a lo que reveló la revista Piauí, la fiscalía estadual sospecha que durante esas visitas los enviados de Alves tuvieron acceso a todos los datos de la niña, entre ellos su historia clínica. Estos datos posteriormente fueron divulgados en las redes sociales por la activista de extrema derecha Sara Giromini, también conocida como Sara Winter, quien conoce a Alves e incluso trabajó un tiempo como asesora suya en el ministerio.
Giromini –partidaria del presidente Jair Bolsonaro–actualmente se encuentra en prisión domiciliaria luego de haber sido procesada por amenazar a integrantes del Supremo Tribunal Federal. Ahora está siendo investigada por la Justicia y la fiscalía de Espírito Santo comenzó una acción civil contra ella, en la que se le pide que pague una indemnización de 1.320.000 reales (aproximadamente 238.000 dólares) por los daños morales ocasionados.
Además de dar datos personales de la niña, la militante fascista de 28 años de edad –quien en poco tiempo pasó de ejercer la prostitución y ser una activa feminista a convertirse en una ferviente opositora al aborto– difundió el nombre del hospital de la ciudad de Recife en el que se le realizaría el procedimiento a la niña, lo que motivó que fuera del centro asistencial se congregaran fanáticos religiosos antiabortistas. Según se establece en el escrito judicial presentado por la fiscalía de Espírito Santo, el accionar de Giromini en el ámbito cibernético “violentó el derecho, previsto constitucionalmente, de que la sociedad asegure al niño, al joven o al adolescente el acceso a la dignidad y al respeto”.
Fuente:
https://ladiaria.com.uy/politica/articulo/2020/8/la-ministra-damares-alves-sera-convocada-al-congreso-para-esclarecer-la-filtracion-de-los-datos-de-la-nina-a-la-que-le-realizaron-un-aborto-luego-de-ser-violada/
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