lunes, 27 de septiembre de 2021

Las barbaridades del Catecismo de la Iglesia Católica (Colaboración)



Nota Inicial:

La presente publicación fue escrita y elaborada por un colaborador y amable lector de este Blog. Este artículo NO fue escrito por el habitual escritor y responsable de este sitio Noé Molina. (*)

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Las barbaridades del Catecismo de

la Iglesia Católica


He querido hacer una recopilación de los puntos más atroces por absurdos, irracionales o aberrantes del Catecismo de la Iglesia Católica cuyo autor es el actual Papa “Bebetinto XVI” (Si, es que hay que ir bebidos para escribir tantas sandeces)

Sé que no puedo extenderme y, por eso, me he limitado a hacer un resumen, ya que si lo analizamos pormenorizadamente no nos bastaría una semana ni un mes.


35 Las facultades del hombre lo hacen capaz de conocer la existencia de un Dios personal. Pero para que el hombre pueda entrar en su intimidad, Dios ha querido revelarse al hombre y darle la gracia de poder acoger en la fe esa revelación en la fe. Sin embargo, las pruebas de la existencia de Dios pueden disponer a la fe y ayudar a ver que la fe no se opone a la razón humana.

Empezamos bien. La desfachatez es gratuita. Decir que la fe no se opone a la razón es como decir que el negro no se opone al blanco.

 

36 "La santa Iglesia, nuestra madre, mantiene y enseña que Dios, principio y fin de todas las cosas, puede ser conocido con certeza mediante la luz natural de la razón humana a partir de las cosas creadas" (CC. Vaticano I: DS 3004; Cf. 3026; CC. Vaticano II, DV 6). Sin esta capacidad, el hombre no podría acoger la revelación de Dios. El hombre tiene esta capacidad porque ha sido creado "a imagen de Dios" (Cf. GN 1,26).

…y seguimos con la razón como fuente de conocimiento de Dios.

 

37 Sin embargo, en las condiciones históricas en que se encuentra, el hombre experimenta muchas dificultades para conocer a Dios con la sola luz de su razón:

¿Cómo quedamos, basta o no basta la razón para conocer a Dios?

 

38 Por esto el hombre necesita ser iluminado por la revelación de Dios, no solamente acerca de lo que supera su entendimiento, sino también sobre "las verdades religiosas y morales que de suyo no son inaccesibles a la razón, a fin de que puedan ser, en el estado actual del género humano, conocidas de todos sin dificultad, con una certeza firme y sin mezcla de error" (ibid., DS 3876; cf. Cc Vaticano I: DS 3005; DV 6; S. Tomás de A., s.th. 1,1,1).

Por una parte se dice que la razon es suficiente, pero por otra, se ve que no basta y hay que esperar a que la Palomita te ilumine.

 

50 Mediante la razón natural, el hombre puede conocer a Dios con certeza a partir de sus obras. Pero existe otro orden de conocimiento que el hombre no puede de ningún modo alcanzar por sus propias fuerzas, el de la Revelación divina (cf. Cc. Vaticano I: DS 3015). Por una decisión enteramente libre, Dios se revela y se da al hombre. Lo hace revelando su misterio, su designio benevolente que estableció desde la eternidad en Cristo en favor de todos los hombres. Revela plenamente su designio enviando a su Hijo amado, nuestro Señor Jesucristo, y al Espíritu Santo.

¡Increíble!


74 Dios "quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad" ( 1 Tim 2,4), es decir, al conocimiento de Cristo Jesús (cf. Jn 14,6). Es preciso, pues, que Cristo sea anunciado a todos los pueblos y a todo s los hombres y que así la Revelación llegue hasta los confines del mundo:

Dios quiso que lo que había revelado para salvación de todos los pueblos se conservara por siempre íntegro y fuera transmitido a todas las edades (DV 7).

Si Dios quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad, ¿Por qué no se presento directamente para no tener que apelar a la fe?

¡Es que hay que ser muy burros para decir eso!

 

88 El Magisterio de la Iglesia ejerce plenamente la autoridad que tiene de Cristo cuando define dogmas, es decir, cuando propone, de una forma que obliga al pueblo cristiano a una adhesión irrevocable de fe, verdades contenidas en la Revelación divina o también cuando propone de manera definitiva verdades que tienen con ellas un vínculo necesario.

Aquí empieza la “inquisición”: “Lo que yo digo es la verdad, y si no, a la hoguera”

 

105 Dios es el autor de la Sagrada Escritura. "Las verdades reveladas por Dios, que se contienen y manifiestan en la Sagrada Escritura, se consignaron por inspiración del Espíritu Santo".

"La santa Madre Iglesia, fiel a la base de los apóstoles, reconoce que todos los libros del Antiguo y del Nuevo Testamento, con todas sus partes, son sagrados y canónicos, en cuanto que, escritos por inspiración del Espíritu Santo, tienen a Dios como autor,

La Iglesia no necesita saber lo que es una petición de principio, ¡para qué!

 

150 La fe es ante todo una adhesión personal del hombre a Dios; es al mismo tiempo e inseparablemente el asentimiento libre a toda la verdad que Dios ha revelado. En cuanto adhesión personal a Dios y asentimiento a la verdad que él ha revelado, la fe cristiana difiere de la fe en una persona humana. Es justo y bueno confiarse totalmente a Dios y creer absolutamente lo que él dice. Sería vano y errado poner una fe semejante en una criatura (cf. Jr 17,5-6; Sal 40,5; 146,3-4).

 

¡Pero cómo puede ser la fe un acto libre!

 

La fe es una gracia (Eso sí que me hace gracia)

 

153 Cuando San Pedro confiesa que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios vivo, Jesús le declara que esta revelación no le ha venido "de la carne y de la sangre, sino de mi Padre que está en los cielos" (Mt 16,17; cf. Ga 1,15; Mt 11,25). La fe es un don de Dios, una virtud sobrenatural infundida por él, "Para dar esta respuesta de la fe es necesaria la gracia de Dios, que se adelanta y nos ayuda, junto con el auxilio interior del Espíritu Santo, que mueve el corazón, lo dirige a Dios, abre los ojos del espíritu y concede `a todos gusto en aceptar y creer la verdad'" (DV 5).

Entonces, si es una gracia, ¿Por qué se exige la fe para la salvación como si fuera un acto voluntario?

¡Hay que estar majareta!

 


La fe es un acto humano

 

154 Sólo es posible creer por la gracia y los auxilios interiores del Espíritu Santo. Pero no es menos cierto que creer es un acto auténticamente humano. No es contrario ni a la libertad ni a la inteligencia del hombre depositar la confianza en Dios y adherirse a las verdades por él reveladas. Ya en las relaciones humanas no es contrario a nuestra propia dignidad creer lo que otras personas nos dicen sobre ellas mismas y sobre sus intenciones, y prestar confianza a sus promesas (como, por ejemplo, cuando un hombre y una mujer se casan), para entrar así en comunión mutua. Por ello, es todavía menos contrario a nuestra dignidad "presentar por la fe la sumisión plena de nuestra inteligencia y de nuestra voluntad al Dios que revela" (Cc. Vaticano I: DS 3008) y entrar así en comunión íntima con El.

¿Se puede ser más burro?

Por una parte se dice que la fe es una gracia de Dios. Ahora se dice que es un acto humano.

Claro, con esas anfibologías, así cualquiera.

 

155 En la fe, la inteligencia y la voluntad humanas cooperan con la gracia divina: "Creer es un acto del entendimiento que asiente a la verdad divina por imperio de la voluntad movida por Dios mediante la gracia" (S. Tomás de A., s.th. 2-2, 2,9; cf. Cc. Vaticano I: DS 3010).

Eso ya es rizar el rizo. Si alguien me lo puede explicar, que lo haga.

 

La fe y la inteligencia

 

156 El motivo de creer no radica en el hecho de que las verdades reveladas aparezcan como verdaderas e inteligibles a la luz de nuestra razón natural. Creemos "a causa de la autoridad de Dios mismo que revela y que no puede engañarse ni engañarnos". "Sin embargo, para que el homenaje de nuestra fe fuese conforme a la razón, Dios ha querido que los auxilios interiores del Espíritu Santo vayan acompañados de las pruebas exteriores de su revelación" (ibid., DS 3009). Los milagros de Cristo y de los santos (cf. Mc 16,20; Hch 2,4), las profecías, la propagación y la santidad de la Iglesia, su fecundidad y su estabilidad "son signos ciertos de la revelación, adaptados a la inteligencia de todos", "motivos de credibilidad que muestran que el asentimiento de la fe no es en modo alguno un movimiento ciego del espíritu" (Cc. Vaticano I: DS 3008-10).

No sé vosotros como lo entendéis, pero es para volverse locos

 

157 La fe es cierta, más cierta que todo conocimiento humano, porque se funda en la Palabra misma de Dios, que no puede mentir. Ciertamente las verdades reveladas pueden parecer oscuras a la razón y a la experiencia humanas, pero "la certeza que da la luz divina es mayor que la que da la luz de la razón natural" (S. Tomás de Aquino, s.th. 2-2, 171,5, obj.3). "Diez mil dificultades no hacen una sola duda" (J.H. Newman, apol.).

Esa es mi favorita. Veamos.

 

“La fe es cierta porque se funda en la Palabra misma de Dios que no puede mentir.”

Observad bien esa frase, porque tiene tela. La fe se supone que se refiere a la fe en Dios. Si hay que tener fe en Dios es que todavía no se ha demostrado su existencia, por lo tanto ¡como se puede decir que la fe en Dios es cierta porque procede de Dios!

¡¡Petición de principiooooooo!!

 

158 "La fe trata de comprender" (S. Anselmo, prosl. proem.): es inherente a la fe que el creyente desee conocer mejor a aquel en quien ha puesto su fe, y comprender mejor lo que le ha sido revelado; un conocimiento más penetrante suscitará a su vez una fe mayor, cada vez más encendida de amor. La gracia de la fe abre "los ojos del corazón" (Ef 1,18) para una inteligencia viva de los contenidos de la Revelación, es decir, del conjunto del designio de Dios y de los misterios de la fe, de su conexión entre sí y con Cristo, centro del Misterio revelado. Ahora bien, "para que la inteligencia de la Revelación sea más profunda, el mismo Espíritu Santo perfecciona constantemente la fe por medio de sus dones" (DV 5). Así, según el adagio de S. Agustín (serm. 43,7,9), "creo para comprender y comprendo para creer mejor".

Sin comentarios

 

159 Fe y ciencia. "A pesar de que la fe esté por encima de la razón, jamás puede haber desacuerdo entre ellas. Puesto que el mismo Dios que revela los misterios y comunica la fe ha hecho descender en el espíritu humano la luz de la razón, Dios no podría negarse a sí mismo ni lo verdadero contradecir jamás a lo verdadero" (Cc. Vaticano I: DS 3017). "Por eso, la investigación metódica en todas las disciplinas, si se procede de un modo realmente científico y según las normas morales, nuca estará realmente en oposición con la fe, porque las realidades profanas y las realidades de fe tienen su origen en el mismo Dios. Más aún, quien con espíritu humilde y ánimo constante se esfuerza por escrutar lo escondido de las cosas, aun sin saberlo, está como guiado por la mano de Dios, que, sosteniendo todas las cosas, hace que sean lo que son" (GS 36,2).

Sin comentarios.

 


La libertad de la fe

 

160 "El hombre, al creer, debe responder voluntariamente a Dios; nadie debe estar obligado contra su voluntad a abrazar la fe. En efecto, el acto de fe es voluntario por su propia naturaleza" (DH 10; cf. CIC, can.748,2). "Ciertamente, Dios llama a los hombres a servirle en espíritu y en verdad. Por ello, quedan vinculados por su conciencia, pero no coaccionados...Esto se hizo patente, sobre todo, en Cristo Jesús" (DH 11). En efecto, Cristo invitó a la fe y a la conversión, él no forzó jamás a nadie jamás. "Dio testimonio de la verdad, pero no quiso imponerla por la fuerza a los que le contradecían. Pues su reino...crece por el amor con que Cristo, exaltado en la cruz, atrae a los hombres hacia Él" (DH 11).

¿De donde surgió, entonces, la famosa frase “Extra Ecclesiam, nulla salus”?

Y otra vez la misma contradicción de antes: la fe no puede ser nunca voluntaria. Eso es una aberración lógica.

 

La necesidad de la fe

 

161 Creer en Cristo Jesús y en aquél que lo envió para salvarnos es necesario para obtener esa salvación (cf. Mc 16,16; Jn 3,36; 6,40 e.a.). "Puesto que `sin la fe... es imposible agradar a Dios' (Hb 11,6) y llegar a participar en la condición de sus hijos, nadie es justificado sin ella y nadie, a no ser que `haya perseverado en ella hasta el fin' (Mt 10,22; 24,13), obtendrá la vida eterna" (Cc. Vaticano I: DS 3012; cf. Cc. de Trento: DS 1532).

¡Pero no decían más arriba que “Dios llama a los hombres a servirle en espíritu y en verdad. Por ello, quedan vinculados por su conciencia, pero no coaccionados”!




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(*) Nota Final:

El autor de esta publicación es "Bernat", fiel seguidor y colaborador de este Blog; quien amablemente me solicitó el compartir este artículo con el resto de los lectores; y al no estar en contra de la filosofía del Blog, es un honor para mí el poder publicarlo.

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Carta Abierta a los Creyentes 
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Ateísmo… ¿Eso qué es? 
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Top 10 Características Indeseables de Dios


 

lunes, 20 de septiembre de 2021

Máximo histórico en España: Casi el 39% son Agnósticos o Ateos (Actualidad y Noticias)

 


Máximo histórico de no creyentes en España: el 38,7% son agnósticos o ateos

 

La cifra de los españoles que no creen en Dios se ha triplicado en las últimas dos décadas

Los católicos practicantes prefieren al PP y los no practicantes al PSOE, según el último avance del CIS, que, en esta ocasión, cruza datos según las creencias de los ciudadanos

Actualizado

31/08/2021

El Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) se interesa por la fe. Según el ‘Estudio nº 3332. Opinión Pública y Política Fiscal’ –con datos de julio y hecho público ayer–, la cifra de ateos, agnósticos y quienes sienten indiferencia hacia la religión se sitúa en su máximo histórico, con un 38,7% de la población española; es decir, casi el triple que a comienzos del nuevo milenio (13,1%).

Como pone de manifiesto el barómetro de José Félix Tezanos, los católicos suman todavía más de la mitad de la población, situándose en el 56,6%; no obstante, la cifra de católicos no practicantes (39,9%) duplica a la de practicantes (16,7%). Eso sí, esta cifra cae casi 30 puntos en comparación con el año 2000, cuando los católicos eran la amplia mayoría de los españoles (83,1%). Sin embargo, son los no practicantes los que más se han alejado de la fe, pues entonces el número de practicantes era del 21%, solo 4,3 puntos menos que 20 años después. Mientras, los creyentes de otras religiones hoy representan el 2,9%.

La pérdida de fe se hace más visible en los más jóvenes, pues entre los 18 y los 34 años el 62,05% se reconoce como no creyente. Al mismo tiempo, los que se declaran católicos en esta franja de edad rozan el 31%, con un porcentaje de practicantes del 8% y no practicantes del 23%. Según se avanza en edad crece el número de católicos tanto practicantes como no practicantes. La cifra mayor se encuentra en los mayores de 65 años, cuando los practicantes llegan al 46% y los no practicantes al 28%.

Las mujeres son más creyentes que los hombres. En concreto, son el 63% de los católicos practicantes frente al 37% de hombres. Así, representan el 53,7% de católicos no practicantes frente al 46,3% de los varones.

 

Solo 4 de cada 10 practicantes van a misa los domingos

Entre quienes se dicen creyentes, el 32,6% confiesa que no va nunca a misa –exceptuando bodas, bautizos, comuniones y funerales–, el 18,9% varias veces al año, el 6,8% dos o tres veces al mes, el 12,4% todos los domingos y festivos y el 4,1% varias veces a la semana. Según pone de manifiesto el estudio, solo cuatro de cada diez practicantes cumplen con el precepto dominical.

En esta ocasión, el CIS pregunta por la casilla de la Iglesia y la de fines sociales de la declaración de la renta. Según las respuestas obtenidas, el 11,4% de los españoles solo marca la de la Iglesia, el 33,6% solo la de fines sociales, el 18,8% ambas y el 26,1% ninguna. El estudio también pone de manifiesto que quienes se autodefinen como de derechas marcan más la casilla de la Iglesia que quienes se consideran de izquierdas.

La corresponsabilidad a la que llama la Conferencia Episcopal Española a los fieles a la hora de hacerse cargo del sustento de las parroquias se evidencia al marcar la casilla de la Iglesia. El 33,6% de los practicantes solo marca la de la Iglesia, y el 41,1% la de la Iglesia y la de fines sociales. No obstante, el 6,3% solo marca la de fines sociales y el 10,2% no marca ninguna.

 

¿A qué partido votan los católicos?

El CIS aprovecha también este estudio para cruzar datos según las creencias de los españoles preguntando por la familia, la ecología, los impuestos, el partido político al que votaría e, incluso, si somos felices o infelices.

Son los católicos los que más importancia le otorgan al voto en las elecciones. Para el 41,7% de los practicantes es muy importante, para el 35,6% de los no practicantes, para el 32,7% de los creyentes de otra religión y para el 31% de los no creyentes.

Si mañana se celebrasen nuevamente unas elecciones generales, el 16,9% de los españoles votaría al PSOE, el 12,9% al PP, el 7,7% a Unidas Podemos y el 5,6% a Vox. Sin embargo, si solo votaran los católicos practicantes, los datos cambiarían. El 25,9% de ellos optaría por el PP, el 10,5% que votaría al PSOE, el 9,4% a Vox y el 1,3% a Unidas Podemos.

 

Los católicos no practicantes son socialistas

No obstante, si se atiende a los católicos no practicantes, vuelve a ganar el PSOE, al que votaría el 18% de estos. Por su parte, el 15,4% optaría por el PP, el 7% por Vox y el 1,9% por Unidas Podemos. En el caso de los creyentes de otra religión, el 14,3% votaría al PSOE, el 13,3% al PP, el 4,1% a Vox y el 2,8% a Unidas Podemos. Es en el caso de los no creyentes donde la izquierda gana por mayoría: el 19% votaría al PSOE, el 16,9% a Unidas Podemos, el 4,9% al PP y el 2,8% a Vox.

Así, quienes se declaran de izquierdas en España representan el 63,4% de la población, mientras que de derechas se autodefine el 25,2%. Sin embargo, entre los católicos practicantes los datos son muy diferentes, definiéndose de izquierdas el 34%, por el 47,8% que se declara de derechas. Diametralmente opuesto a los no creyentes, donde el 84,4% son de izquierdas y el 10,2% de derechas. Entre los católicos no practicantes la izquierda se impone con un 56,1% y entre los creyentes de otras religiones también, con un 62,2%.

Así, el 49,8% de los católicos practicantes se muestra completamente satisfecho con su vida familiar; el 43,6% en el caso de los no practicantes. La cifra cae al 32,2% en el caso de quienes no son creyentes. Los católicos practicante son también los más satisfechos con su vida social (26,3%), por el 15,1% de los no creyentes.


¿La fe es el vehículo para alcanzar la felicidad?

¿Son los católicos felices? A juzgar por los datos, sí. El 27,4% de los practicantes afirman ser completamente felices; el 17,4% en el caso de los no practicantes. Mientras, la cifra cae al 12,2% en el caso de los creyentes de otra religión y al 8,8% entre los no creyentes.

El CIS también pregunta sobre qué significa para cada uno ser un buen ciudadano. En primer lugar, resalta la importancia de ser solidario. En este punto, el 55,4% de los creyentes de otra religión lo consideran muy importante, el 42,4% en el caso de los católicos practicantes, el 37,9% en el caso de los no creyentes y el 36,2% en el caso de los católicos no practicantes.

Los creyentes son los más concienciados con el cumplimiento de las leyes y las normas. Para el 61,2% de los católicos practicantes es muy importante, también lo es para el 53,7% de los no practicantes y para el 59,1% de los creyentes de otras religiones. Los no creyentes le otorgan menos importancia, pues solo para el 38,1% es muy importante.


Para el 58,7% España es un país con grandes desigualdades

En el caso de la evasión de impuestos, los resultados son parejos y en todos los casos supera el 50% en la importancia otorgada. Lo mismo ocurre con el respeto a las opiniones ajenas aunque sean diferentes a las propias y la necesidad de ser una persona responsable y honesta, pues la amplía mayoría de los españoles, independientemente de sus creencias, lo considera muy importante.

En relación a la satisfacción con los servicios públicos, la mayoría de los españoles valora la asistencia sanitaria, los servicios sociales, el transporte público y la seguridad ciudadana muy o bastante satisfactoriamente, sin apenas variación pese a las creencias. Al contrario ocurre al puntuar la gestión de las pensiones o la administración de la justicia, donde la mayoría se siente muy poco o nada satisfechos.

Con respecto al uso del dinero recaudado a través de los impuestos, la mayoría de los españoles reclama más recursos para educación, sanidad, cultura, vivienda, medio ambiente, cooperación al desarrollo, investigación y ciencia, ayuda a personas dependientes y protección al desempleo, tanto entre quienes se consideran católicos como entre los que no. Y el 58,7% opina que vivimos en un país donde existen grandes desigualdades sociales.


Los no creyentes, más dispuestos a pagar más impuestos

El CIS también ha preguntado sobre la necesidad de pagar más o menos impuestos y aumentar o reducir consecuentemente los servicios. En este caso, son los no creyentes los más partidarios de mejorar los servicios públicos aunque afecte a su bolsillo (26,3%), una cifra que cae al 16% entre los católicos practicantes, los menos predispuestos a pagar más para mejorar las prestaciones sociales. Pese a todo, la mayoría de españoles cree que hoy se beneficia poco de los servicios públicos existentes y apuestan por que paguen más quienes más tienen, es decir, bajo impuestos directos como el IRPF y no indirectos como el IVA, ya que 8 de cada 10 personas cree que hoy no se cobran impuestos de forma justa.

En este mismo sentido, los católicos practicantes consideran que los españoles pagamos muchos impuestos (58,5%), mientras que la cifra cae hasta el 34,4% si quienes responden no creen en Dios. Asimismo, 9 de cada 10 considera que existe mucho o bastante fraude fiscal, pero no entre sus allegados.

Fuente:

https://www.vidanuevadigital.com/2021/08/31/maximo-historico-de-no-creyentes-en-espana-el-387-son-agnosticos-o-ateos/

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Ateos y no creyentes registran su máximo histórico y rozan ya el 39% de la población

 

El último avance del CIS certifica el descenso sin precedentes de católicos, mientras que quienes se declaran no religiosos triplican ya los registros de hace apenas dos décadas.

(España). EUROPA PRESS

CÓRDOBA

30/08/2021 08:17

El catolicismo pierde fuelle social, en una sangría constante desde hace décadas, que se refleja de forma inequívoca en los barómetros mensuales del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS). El avance de resultados de julio ha vuelto a arrojar un nuevo máximo histórico de personas no religiosas en España, que ya representan el 38,7% de la población. Desde principios de año, en apenas siete meses, el segmento de no creyentes se ha incrementado en 4,5 puntos. Si persiste la intensidad de esta progresión, en poco más de un año, la sociedad española no religiosa habrá superado claramente a los creyentes y traspasará por primera vez en su historia el simbólico umbral del 50%.

El informe número 3332 del CIS también refleja un mínimo histórico de católicos practicantes, cuyo porcentaje cae por primera vez al 16,7%. El registro representa un desplome de tres puntos en solo siete meses. Los católicos no practicantes (39,9%) también retroceden con respecto a enero pasado (41,6%) pero se quedan a 1,2 puntos de su peor registro de mayo (38,7%).

Examinados en perspectiva, los datos de julio pasado revelan un deterioro imparable de la religiosidad en España. En el año 2000, el grupo de personas no religiosas apenas alcanzaba el 13,1% de la población. Es decir, el número de ateos, agnósticos o no creyentes se ha triplicado en apenas dos décadas. Los católicos entonces (83,1%) exhibían todavía un protagonismo social hegemónico, aunque, si bien, los practicantes representaban una minoría de ese grupo (21%). Diez años después, en 2010, la población no religiosa ya había experimentado un salto notable. Se incrementó en 7,1 puntos hasta situarse en el 20,2% de los españoles. Desde entonces, el descreimiento religioso no ha hecho sino aumentar de forma sostenida mes a mes.

En la franja de 18 a 34 años, los datos son particularmente abrumadores: el 60% se declara no religioso, mientras que solo el 30% dice sentirse católico. Todo indica, por tanto, que el proceso de secularización en los próximos años se intensificará notablemente. España se acerca cada vez más al perfil europeo. Un estudio de la Universidad de St. Mary de Londres, realizado entre 2014 y 2016, constató que en doce países del continente la mayoría de los jóvenes ya no eran creyentes. La República Checa lideraba entonces el ranking de los incrédulos, con una cuota del 91%. Polonia, en cambio, era el país más religioso, con tan solo un 17% de ateos y agnósticos.

El teólogo Juan José Tamayo asegura que los datos del CIS son "reveladores" del profundo cambio que afronta la sociedad en las últimas décadas. La religión ha perdido su función social y cultural. La modernidad y la ciencia la están arrinconando", reflexiona. En su opinión, la religión se ha reducido a un "fenómeno emocional" incapaz de competir con el "carácter cognitivo" y "racional" del pensamiento contemporáneo.

A todo ello hay que añadir, abunda Tamayo, la falta de presencia de los dirigentes religiosos en los grandes problemas sociales que preocupan hoy a la humanidad. "Las instituciones eclesiásticas están dando respuestas del pasado a preguntas del presente", argumenta de manera gráfica. "Si las religiones siguen recluyéndose en su propio ámbito", razona el teólogo, "y no están atentas a los desafíos de hoy, su irrelevancia social será cada vez mayor. Son las propias instituciones las que se están haciendo el harakiri".

Para el presidente de Europa Laica, Juanjo Picó, la caída de la religiosidad es "brutal" con respecto a los registros de hace tan solo dos décadas. Y avisa: "Cada año batimos la máxima histórica". Desde su óptica, la secularización está activada por la modernidad, la adopción de nuevos hábitos sociales y el desfase del magisterio religioso, que "ya no responde a la sociedad de su tiempo". Picó se refiere específicamente a cuestiones relacionadas con los anticonceptivos, el divorcio, las relaciones prematrimoniales, la cuaresma o las bodas, cuyos preceptos "ya no cumplen ni siquiera los católicos".

"Los elementos dogmáticos de la religión", argumenta el presidente de Europa Laica, "van contra la razón". "Y, en la modernidad, la razón y la ciencia priman sobre la fe. La religión ya no es un código de referencia", zanja. Otros factores también refuerzan el escepticismo religioso, según Picó, como han sido todos estos años el escándalo de la pederastia o la controversia de las inmatriculaciones, "que contravienen claramente el mensaje evangélico".

Ahora bien: el evidente corrimiento sociológico detectado desde hace años por todos los sondeos de opinión, ¿empujará al Gobierno a profundizar en la laicidad del Estado? Tanto Tamayo como Juanjo Picó se muestran escépticos al respecto. Los hechos demuestran que ni los ejecutivos conservadores ni los progresistas han tomado decisiones de calado para acomodar la realidad social a la legislación vigente.

"Estoy muy cansado ya de las promesas del PSOE", admite sin circunloquios el conocido teólogo, autor de una prolífica obra ensayística. "Cuando está en la oposición defiende posiciones laicistas propias de su tradición política, pero luego en el Gobierno mantiene los privilegios de la Iglesia católica, que, en mi opinión, son claramente inconstitucionales y van en contra del principio de igualdad. Todos los Gobiernos han sido rehenes de la jerarquía católica", lamenta.

El presidente Rodríguez Zapatero enterró su proyecto de Ley de Libertad de Conciencia en 2010 por temor a perder votos, según recuerda Tamayo. Y el teólogo advierte: "Esa política de concesiones a la jerarquía católica, esa pervivencia del nacionalcatolicismo no solo no le da votos sino que les hace perderlos por los sectores progresistas".

El presidente de Europa Laica no es mucho más optimista. Juanjo Picó considera que las fuerzas políticas no tienen en su agenda "hacer efectivo lo que ya existe en la calle" para que la secularización social se convierta en ley. "El PSOE no solo ha incumplido sus continuos compromisos de derogar los Acuerdos con la Santa Sede", lamenta, "sino que ahora en su próximo congreso habla de revisarlos en consenso con la Iglesia católica. Es decir, que va a compartir la soberanía del Estado con la cúpula eclesiástica. Y eso significa mantener sus privilegios o extenderlos a otras confesiones, en un multiconfesionalismo que va en contra de la Constitución".

Con todo, los datos desagregados de la franja más joven despejan el horizonte no muy lejano. "La juventud de hoy son los dirigentes de mañana y serán más proclives a aceptar cambios razonables, argumenta Picó. Aunque subraya: "No es cuestión de esperar otra generación más. De hecho, ya se han organizado funerales de Estado civiles y se ha cambiado la toma de posesión del Consejo de Ministros [sin crucifijos] y no ha pasado nada. Se podría avanzar en otras cuestiones simbólicas y en temas de fiscalidad, financiación o la religión en las escuelas. La unión del trono y el altar no debe seguir en simbiosis como en el Antiguo Régimen. Es una cuestión de democracia".

Fuente:

https://www.publico.es/sociedad/catolicismo-ateos-no-creyentes-registran-maximo-historico-rozan-39-poblacion.html