lunes, 30 de octubre de 2023

8 Historias sobre partes del cuerpo que pertenecieron a Jesús




8 Historias sobre partes del cuerpo 

que pertenecieron a Jesús

 

14 de Diciembre de 2022

Por Ben Gazur

 

Al cristianismo medieval le gustaban mucho las reliquias sagradas. Se pensaba que las partes del cuerpo de los santos, las cosas que poseían y las sustancias producidas por sus cadáveres eran armas poderosas para quienes necesitaban la ayuda divina. Si una iglesia tuviera una reliquia particularmente importante, podría atraer a un gran número de peregrinos. Las mejores reliquias de todas eran aquellas que podían vincularse a Jesús. Desafortunadamente para los cristianos, Jesús se llevó la mayoría de sus reliquias cuando ascendió corporalmente al cielo. Pero no todas. Aquí hay ocho formas en que las partes del cuerpo de Jesús fueron reverenciadas en el cristianismo.

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8)

El Santo Prepucio

Como Jesús nació de padres judíos, fue circuncidado cuando tenía ocho días, como nos cuenta el Evangelio de Lucas. La eliminación del prepucio de Jesús significó que no estaba sobre él cuando pasó al cielo. Por tanto, los cazadores de reliquias podían afirmar que tenían una parte genuina de la carne de Jesús. La piel extirpada se conocía como El Santo Prepucio.

La santa reliquia de la circuncisión pasó a ser venerada. Sin embargo, no había un solo prepucio, como cabría esperar. Más de una docena de iglesias en Europa, en su mayoría agrupadas en Francia, declararon que albergaban el Santo Prepucio. La primera mención del prepucio se produjo en el año 800 d.C., cuando Carlomagno decidió que sería un regalo apropiado para el Papa León III en el momento de la coronación del emperador. Cuando el prepucio fue saqueado de Roma en el siglo XVI, se trasladó a la cercana Calcata, que se convirtió en un popular lugar de peregrinación.

Otros prepucios fueron llevados al Papa en diferentes momentos con la esperanza de reconocimiento oficial, pero el Vaticano generalmente se negó a dictaminar sobre su autenticidad. Se afirmaron milagros para los prepucios. A uno se le vio sangrar cuando se celebraba durante una misa. Se cree que desde entonces todos los Santos Prepucios se han perdido. Además, en 1900, el Papa León XIII decretó que cualquiera que hiciera referencia a la piel venerada podía ser excomulgado, una orden basada en que la idea se volviera embarazosa para la Iglesia o divertida para el pueblo.

 

7)

Anillo de prepucio de Catalina de Siena

El hecho de que no estuvieras en posesión del Santo Prepucio no significaba que no pudiera tener un significado religioso. Catalina de Siena fue una mujer notable en muchos sentidos, pero lo que aquí interesa es su anillo de bodas: era el prepucio de Jesús.

Catalina nació en 1347 y se dedicó a una vida de fe. Las visiones religiosas aparecieron en sus inicios cuando sólo tenía seis años. Cuando sus padres intentaron casarla, Catalina se negó. Ser una mujer soltera en ese momento podía resultar difícil. A la edad de 21 años, se casó místicamente con el mismo Jesús. En la ceremonia, Jesús usó su prepucio en lugar de joyas más tradicionales. Quizás sea comprensible que Catalina dijera que este anillo era invisible.

Existe cierto debate sobre si Catalina realmente quiso decir que su anillo de bodas era el prepucio literal o si era una metáfora. En varias cartas, Catalina hizo una comparación directa entre los dos, y el matrimonio místico de Catalina se convirtió en un motivo popular en el arte cristiano.

 

6)

Sangre

La crucifixión de Jesús fue un asunto sangriento. También fue azotado antes de ser clavado en la cruz. Se derramó mucha sangre en el camino al Calvario. Dada la importancia de la sangre de Jesús en la Eucaristía, era obvio que si alguien pudiera reclamar algo, tendría una reliquia importante. Se podían encontrar muchas muestras de la Preciosa Sangre en iglesias de todo el mundo.

La Basílica de la Santa Sangre en Brujas fue construida por Thierry de Alsacia en 1134. Cuando participó en la Segunda Cruzada, regresó con una muestra de la Santa Sangre que se decía que lo había recibido del rey Balduino III de Jerusalén. La sangre se guarda en un frasco en la iglesia y ha sido venerada durante mucho tiempo. Alguna vez se pensó que la sangre seca se volvía líquida semanalmente. Se concedió una indulgencia a los peregrinos que vieran la sangre.

Otras iglesias también han afirmado tener una porción de la sangre de Jesús. La Abadía de Hailes en Inglaterra recibió su muestra en 1270. Los visitantes de la iglesia podían bendecir sus rosarios tocando la reliquia. Esta sangre era tan famosa que Chaucer la mencionó en Los cuentos de Canterbury. Bajo Enrique VIII, muchos de los lugares de peregrinación fueron destruidos. La Sangre de Hailes fue condenada por ser simplemente sangre de pato o miel coloreada. Fue sacado de la abadía, despojado del oro de su relicario. Se desconoce qué pasó con la sangre entonces.

 

5)

La sangre perdida

Más recientemente se han perdido y redescubierto otros ejemplos de la sangre de Jesús. En junio de 2022, la Preciosa Sangre, como se llama la sangre de Jesús, fue robada de la iglesia de la abadía de Fécamp en Normandía, Francia. La sangre se guarda en pequeños viales de plomo, pero probablemente no sea la sangre en sí la que buscaban los ladrones. Es más probable que buscasen el relicario de oro en el que se guardaban las reliquias. Se cree que los ladrones se escondieron en la iglesia hasta que cerró y luego se llevaron el relicario.

Aproximadamente un mes después, los ladrones cambiaron de opinión. Uno de ellos contactó a Arthur Brand, un hombre que se describe a sí mismo como un detective de arte. Sin revelar quiénes eran, acordaron devolverle las reliquias. Una noche lo dejaron en su puerta. Se desconoce si los ladrones tuvieron un cambio de opinión divinamente inspirado o se dieron cuenta de que sería casi imposible vender un objeto tan único. La santa sangre fue devuelta a su legítimo hogar.

 

4)

Lágrimas

“Jesús lloró” es el versículo más corto en las traducciones de la Biblia al inglés y uno de los más importantes para los creyentes. El hecho de que el Mesías derramara lágrimas subrayó su naturaleza humana y su preocupación por la humanidad. También dieron a los cazadores de reliquias otro objetivo de veneración. Conocida como La Sainte Larme, o la Santa Lágrima, se convirtió en un importante centro de peregrinación en la Edad Media.

Según la leyenda, los ángeles recogieron las lágrimas cuando Jesús lloró por la muerte de Lázaro. Luego las lágrimas fueron pasadas a María Magdalena para que las guardara. Luego, las lágrimas desaparecieron del registro histórico durante 1.000 años. La Lágrima Santa reapareció cuando Geoffrey Martel ayudó al emperador bizantino Miguel IV a repeler a los invasores. Por su ayuda militar, Martel recibió dos reliquias: el brazo de San Jorge y la lágrima de Cristo.

La Santa Lágrima se guardaba en un relicario tallado en cristal de roca. Se decía que el líquido dentro de la roca temblaba a veces. La lágrima desapareció durante la Revolución Francesa, aunque otras iglesias también afirmaron tener muestras de las gotas.

 

3)

Dientes de leche

Cuando a la mayoría de las personas se les caen los dientes de leche, estos desaparecen por la noche cuando el “Hada de los Dientes” los recoge de debajo de la almohada. En ocasiones, un padre puede conservarlos como un santuario para la infancia perdida de su hijo, pero a la mayoría de las personas eso les resulta un poco espeluznante. Sin embargo, la mayoría de los niños no son Jesús.

La información sobre el diente de leche de Jesús es incompleta. Alguna vez estuvo ubicado en la Abadía de Saint-Médard en Soissons. Esta abadía era considerada una de las más grandes de Francia y albergaba muchas otras reliquias. El propio San Medardo es invocado cuando los pacientes sufren dolor de muelas, por lo que tiene sentido que un diente termine en su abadía. Generalmente se dice que esto se debe a que a menudo se le muestra con la boca abierta y riendo.

Sin embargo, no todos creían en esta reliquia. Guibert De Nogent fue un historiador y teólogo de finales del siglo XI que criticó a la abadía por sus afirmaciones de tener uno de los dientes de Jesús. Sólo porque se diga que un objeto tiene poderes milagrosos, dice, no significa que haya que creer en su autenticidad.

 

2)

Pelo de barba

En todos los ámbitos del coleccionismo hay algunas personas que se vuelven obsesivas. Esto es cierto incluso en el ámbito de la caza de reliquias. Federico III de Sajonia es más conocido hoy en día como protector de Martín Lutero, el reformador protestante. A los luteranos no les gusta coleccionar reliquias, por lo que puede resultar sorprendente que Federico reuniera más de 19.000 reliquias para su colección. Entre ellos se incluían trozos de pan de la Última Cena, una muestra de la leche de la Virgen, un trozo de heno que recubría el pesebre de Jesús y un mechón de la barba de Jesús.

Una edición ilustrada de la colección de reliquias de Federico impresa en 1510 muestra numerosos relicarios, cráneos, estatuas y cálices de santos. Se ha calculado que si una persona ofreciera devoción a cada uno de los objetos de la colección, podría ganar casi 2.000.000 de años de su tiempo asignado en el Purgatorio. No se registra el origen de la mayoría de estos objetos sagrados, ni tampoco el destino final de la mayoría de ellos. ¿De dónde salió este mechón de pelo de la barba? ¿Y a dónde fue?

 

1)

Cordón umbilical

En el Palacio de Letrán en Roma, había una capilla conocida como Sancta Sanctorum—El Lugar de las Cosas Santas. Alguna vez fue el sitio donde se almacenaban algunas de las reliquias más importantes del mundo cristiano. Para acceder a él, la gente tenía que subir la Scala Sancta—los Pasos Sagrados. Se dice que estos 28 escalones de mármol fueron por los que ascendió Jesús para asistir a su juicio junto a Poncio Pilato. Se dice que fueron traídos a Roma por Santa Elena. La madre del emperador Constantino encontró muchas reliquias cuando visitó Tierra Santa.

En el siglo XI se hizo una lista de las reliquias que allí se encontraban. Algunas de las reliquias estaban almacenadas debajo del altar, otras en un cofre de madera, pero otras estaban en exhibición completa. Uno de los relicarios era “una cruz de oro purísimo, adornada con gemas y piedras preciosas”. En esta cruz estaba el prepucio de Jesús y, según nos dicen, su cordón umbilical.

La presencia del cordón umbilical fue abordada por el Papa Inocencio III en el siglo XII. Escribió un tratado que reflexionaba sobre la cuestión de si la sangre que Jesús derramó en su camino a la crucifixión fue llevada con él al cielo. Luego el Papa preguntó: “¿Qué pasa con el cordón umbilical?” El Papa pareció distanciarse de algunas de las leyendas sobre las reliquias. Eso puede explicar por qué el Santo Cordón Umbilical no está a la vista hoy.

 

Traducido del original:

https://listverse.com/2022/12/14/8-tales-of-body-parts-belonging-to-jesus/

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Ver:


lunes, 23 de octubre de 2023

«Dios existe y tenemos las pruebas» Autores prueban con ciencia la "existencia" de Dios.




El libro que ha incendiado Francia 

«Dios existe y tenemos las pruebas»

 

“Dios-La ciencia-Las pruebas”, así se titula el libro que se ha convertido en superventas en un país que presume de laicismo. Sus autores, ingenieros, aseguran que existen sólidos argumentos científicos para demostrar la existencia de un creador. El libro y la polémica llegan ahora a España.

 

Por Carlos Manuel Sánchez

Viernes, 06 de Octubre de 2023, 11:21

Puede la ciencia demostrar la existencia de Dios? Es la pregunta que intentan responder dos empresarios con formación de ingenieros, Michel-Yves Bolloré y Olivier Bonnassies, que han escrito Dios- La ciencia-Las pruebas, todo un fenómeno editorial en Francia, cuya traducción publica ahora la editorial Funambulista en España. Michel pertenece a una de las mayores dinastías industriales del país galo, el grupo Bolloré, que llegó a dirigir. Y Olivier, que también es teólogo e impulsor de la web católica Aleteia, fue ateo en su juventud. Ambos son creyentes, pero aseguran que en su libro abordan la cuestión de Dios de una manera racional y ateniéndose a los últimos avances de la física, la cosmología, la biología... Este enfoque ha despertado adhesiones entusiastas y críticas feroces en un país que presume de laicismo. Pero que los autores han dado con la tecla lo prueban los 220.000 ejemplares vendidos, 200 conferencias, debates televisados, portadas… La cita es en París, una mañana benditamente lluviosa.

 

XLSemanal. El éxito de su libro es una de las mayores sorpresas editoriales de los últimos años en Francia, ¿cuál es el secreto?

Olivier Bonnassies. El libro se vende muy bien, pero esa no es la cuestión. Sócrates decía: «Si conoces lo que es justo y no lo divulgas, eres injusto». Si sabemos que Dios y ciencia no son incompatibles y no lo divulgamos, estaríamos siendo injustos. Es una buena noticia. Y hoy las buenas noticias escasean.

Michel-Yves Bolloré. Defendemos que los descubrimientos científicos del siglo XX, que han revolucionado por completo nuestro mundo, han hecho necesaria la existencia de un creador para explicar el universo.


XL. Pero se les ha reprochado que hablen de pruebas científicas para tratar de algo que es indemostrable, por lo menos en un laboratorio.

M.Y.B. Queremos aclarar que no estamos tratando de proporcionar una demostración científica o matemática definitiva de la existencia de Dios, sino más bien presentar un conjunto de indicios entrelazados que permitan al lector tener una opinión informada. La palabra 'prueba' se utiliza en un sentido amplio, como lo haría un abogado presentando evidencias ante un tribunal. Al final, la decisión de creer o no recae en el lector.


XL. También han tenido críticas por parte de religiosos que consideran que pretender una demostración de la existencia de Dios es innecesario para un creyente.

M.Y.B. Son críticas que surgen de un malentendido. Hay una confusión entre el conocimiento de la existencia de Dios y la fe en Dios, que son dos nociones diferentes. Nuestro libro no se centra en la fe, que es un acto de adhesión libre. Tú puedes conocer la existencia de Dios y no adherirte.

O.B. Me gustaría añadir que también hemos recibido decenas de apoyos, tanto de científicos como de teólogos. Y que el libro fue revisado nada menos que por Robert Wilson, el Premio Nobel de Física que descubrió el eco del Big Bang y que, además, ha escrito el prólogo. Wilson, por cierto, es agnóstico.


XL. ¿Pero qué motiva al público a leer su libro?

M.Y.B. Una razón es que muchos creyentes nos hemos sentido en una situación de inferioridad frente a los avances científicos. Parecía que, si creíamos en la ciencia, automáticamente Dios se quedaba fuera, o debíamos esconder nuestra fe en la intimidad. El materialismo parecía haber ganado el debate. Pero la ciencia ha avanzado en direcciones sorprendentes, abriendo el terreno para otras explicaciones.

O.B. Nuestro libro no se centra ni en la fe ni en la religión, sino en la cuestión de la existencia o no de un creador. Este enfoque ha permitido que lectores sin prejuicios se interesen en el libro: no solo cristianos, también judíos, musulmanes, agnósticos…

 

«Los dos males de nuestra época son los fundamentalistas, que niegan los hallazgos científicos, y los materialistas, que rechazan sus implicaciones»

Michel-Yves Bolloré

 

XL. ¿Les ha sorprendido un perfil de lector tan variado?

O.B. ¡Por supuesto! Pero es una cuestión que nos afecta a todos y que está relacionada con otras preguntas que se han hecho todas las civilizaciones: ¿existe vida después de esta vida? ¿Volveremos a ver a los que amamos? Si Dios no existiera, está claro que no. Pero nuestra conclusión es que la ciencia no puede descartar la existencia de Dios.


XL. Una afirmación que no deja a nadie indiferente…

M.Y.B. Vivimos en una sociedad muy polarizada. Nuestro país, Francia, está dividido casi al 50 por ciento entre los que creen y los que no. Esta división atraviesa familias, ciudades y empresas. Crea mucha ansiedad y una necesidad de saber más.

O.B. De hecho, nos cuentan nuestros lectores que en familias donde mencionar a Dios en las reuniones era poco menos que tabú, más o menos como hablar de política, ahora vuelve a estar sobre la mesa. Muchos creyentes regalan el libro a amigos y familiares que no creen.


XL. ¿Para convertirlos?

M.Y.B. No necesariamente. Para debatir. Es bueno que la gente salga de su caparazón. Vivimos demasiado encajonados por nuestras propias opiniones.

 

«El libro ha sido revisado por Robert Wilson, el Premio Nobel de Física que descubrió el eco del Big Bang y que es agnóstico»

Olivier Bonnassies

 

XL. Sin embargo, ciencia y religión no suelen mezclarse…

O.B. ¡Pero combinan perfectamente! Le contaré una historia. Una niña le preguntó a Einstein si creía en Dios. Einstein, que por entonces ya era famoso, se quedó sorprendido. Le dijo: «Es una pregunta importante. Dame tu dirección y te responderé por escrito».


XL. ¿Y le respondió?

O.B. Sí, aunque se tomó su tiempo. Al cabo de diez días le envió una carta en la que le decía: «Toda persona involucrada en la ciencia acaba descubriendo que una inteligencia superior, infinitamente más grande que el hombre, se manifiesta en las leyes del universo». Esta idea es muy potente y resume los últimos cien años que han transformado la ciencia.


XL. ¿Qué nos sugieren los descubrimientos de esos cien años?

M.Y.B. Permítame que antes de responder añada un poco de contexto. Si observamos la historia, hubo ciencia en Grecia, en el mundo árabe, en China... Sin embargo, fue en el mundo cristiano occidental donde la ciencia moderna se desarrolló. En Europa se crearon las universidades. Durante cuatro siglos, desde Copérnico y Newton hasta Darwin, todo eran certezas. Entonces se pensaba que la ciencia respondería a todas las preguntas y, al hacerlo, no necesitaría la hipótesis de Dios. No obstante, la ciencia no estaba en contra de la religión…


XL. Pero quizá la religión estaba en contra de la ciencia. Le recuerdo que Galileo tuvo que retractarse por decir que la Tierra giraba alrededor del Sol.

M.Y.B. Para el creyente tradicional es difícil adaptarse a cambios que suponen una nueva manera de ver el mundo. Era una humillación pensar que el hombre no es el centro del universo. O que desciende del mono. Le cuesta aceptarlo, pero al final lo hace.


XL. No todos. Hay escuelas en Estados Unidos donde no se enseñan las teorías de la evolución o el Big Bang.

M.Y.B. Pero son corrientes minoritarias. Y precisamente el Big Bang tiene implicaciones que son muy poco conocidas por el gran público y que van justo en la dirección contraria. Por eso hemos procurado evitar dos males de nuestra época. Por un lado, están los fundamentalistas, que, desde una perspectiva religiosa, niegan los descubrimientos científicos y se aferran a creencias fantásticas. Por otro lado, están los materialistas, que se niegan a aceptar las implicaciones de esos hallazgos.


«Los últimos hallazgos científicos hacen necesaria la existencia de un creador para explicar el universo»

Olivier Bonnassies y Michel-Yves Bolloré


XL. ¿A qué hallazgos concretos se refieren?

O.B. A las grandes revoluciones científicas, como la termodinámica, la mecánica cuántica, la relatividad, el Big Bang, la expansión del universo y la extraordinaria complejidad de la biología. Todo ello confluye hacia dos conclusiones.


XL. ¿Cuáles?

O.B. En primer lugar, que el tiempo, el espacio y la materia, que están interconectados, como demostró Einstein, tuvieron un comienzo y tendrán un final.


XL. ¿Y la segunda conclusión?

O.B. Que este comienzo provino de una causa externa al universo, que no forma parte de él ni se rige por sus leyes –pues la materia, el tiempo y el espacio solo comenzaron a existir a partir del Big Bang–. Esto se acerca a la definición de Dios en todas las filosofías y religiones.


XL. ¿Habrá que ir pensando en canonizar a Einstein?

O.B. [Ríe]. El propio Einstein admite que no quería la teoría de la expansión del universo porque no era religioso y le molestaba. Para él, se parecía demasiado a la Creación. Muchos otros científicos estaban a disgusto. Hasta que las pruebas se fueron acumulando…


XL. ¿Pero qué cambia si el universo tiene un principio o si es eterno?

M.Y.B. Recordemos la famosa frase de Parménides: «Nada puede venir de la nada». El universo existe. Por tanto, hay dos posibilidades: o es eterno y siempre estuvo ahí, o ha salido de las manos de un creador. El pensamiento ateo necesita que sea eterno. En la Unión Soviética se persiguió a los matemáticos y físicos que investigaban el Big Bang porque iban en contra del marxismo. Algunos acabaron en el gulag.


XL. La inteligencia artificial está adquiriendo una categoría casi mesiánica. Hay quien la ve como una fuerza benevolente que va a solucionar nuestros problemas, incluida la muerte o el cambio climático, y hay quien la teme como a un Dios que nos castigará cuando sea más inteligente que nosotros…

O.B. El mundo es más peligroso que nunca. La tecnología lo puede destruir de muchas maneras: una catástrofe ecológica, el colapso de la sociedad, una guerra nuclear, un virus… Y nos podemos extinguir. Como seres humanos, estamos desconcertados. Pero que Dios no sea un elemento de confrontación, sino de esperanza, nos puede ayudar a recobrar la sabiduría y la confianza perdidas.

M.Y.B. Vivimos en una época de gran incertidumbre. La tecnología siempre tiene esa doble cara. Pero resulta muy revelador, por ejemplo, que se prefiera consagrar mucho tiempo y dinero a la búsqueda de exoplanetas y vida extraterrestre en lugar de ocuparnos de problemas de mayor interés para nuestro propio destino. En cierto modo, Dios es un superextraterrestre. Y descubrir su existencia nos cambia la vida.


XL. También nos cambiaría la vida encontrar alienígenas...

M.Y.B. No tanto. Sería algo muy emocionante. Pero no implica un cuestionamiento existencial. Sin embargo, tomar conciencia de que Dios existe es algo que puede causar una enorme conmoción y las consecuencias son infinitamente mayores.

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«Nuestras cuatro pruebas divinas»


Desde el siglo XX, varias revoluciones han puesto nuestro conocimiento patas arriba: relatividad, mecánica cuántica, Big Bang... Según los autores de Dios-La ciencia-Las pruebas, son evidencias de que existe un creador. Las resumimos.

 

1

El universo no es eterno

La termodinámica predice que el universo tendrá un final. Y la expansión acelerada del cosmos lo confirma. No se apure, todavía falta mucho..., pero en un billón de años las estrellas, sin combustible, se habrán apagado. Y en 10100 años (un 1 seguido de 100 ceros) el universo se habrá estirado tanto que los átomos se romperán. Todo quedará paralizado, sin vida. La comunidad científica, Einstein incluido, se llevó un chasco porque pensaba que el universo era eterno.

 

2

Un génesis explosivo

Por lógica, todo lo que acaba empezó alguna vez… Hoy sabemos cuál es la fecha de nacimiento del universo. Fue hace 13.800 millones de años. Y también sabemos cuándo emitió su 'primer llanto': en la fracción de segundo 1043 después del Big Bang. Hasta ahí llegan las ecuaciones porque justo en ese instante el tiempo y el espacio, cogidos de una mano, y la materia y la energía, de la otra, echaron a andar (como predice la relatividad). El hidrógeno y el helio tardaron tres minutos en aparecer. No se hizo en seis días, como relata el Génesis, pero que haya una creación puede implicar la existencia de un creador.

 

3

Un parto complicado

En los años setenta se calculó que, si la tasa de expansión del universo hubiera variado en la decimoquinta cifra decimal hacia arriba o hacia abajo, no estaríamos aquí. O bien las galaxias no se habrían formado por ir demasiado rápido, o bien todo habría implosionado nada más empezar por ir muy despacio. Esto dejó a los científicos perplejos. Implicaría que la emergencia del universo pudo ser provocada y no aleatoria. El azar no serviría, por tanto, para explicarla y se necesitaría una inteligencia superior, alguien con un plan...

 

4

¿El gran relojero?

Si la existencia del universo es un milagro; que brote la vida ya es de traca. Los científicos han tratado de recrear las condiciones de la aparición de la vida porque saben los ingredientes de la sopa primordial. Pero no han podido. Para hacerse una idea de la dificultad, basta con comparar la molécula inerte más compleja, un trozo de proteína, con la célula viva más simple, una bacteria unicelular. La relación de complejidad es de 300.000 a 1; la misma que hay entre una pieza suelta y un coche. Pero hay más: las enzimas son esenciales para la célula. Hay unas 2000 y obtenerlas por azar implicaría una posibilidad entre 1040000. ¿Lotería? Einstein dijo que Dios no juega a los dados. Según los autores, hace falta un relojero que sepa muy bien lo que hace.


Fuente:

https://www.abc.es/xlsemanal/personajes/libro-dios-existe-francia-michel-yves-bollore-olivier-bonnassies.html

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Los autores que prueban con ciencia la existencia de Dios:

«Cada vez es más difícil concebir la realidad sin Él»

 

¿Se puede reconocer a Dios a través del método científico y de la interpretación de los signos que la realidad muestra a la razón? Los autores han tratado de responder a estas preguntas sin agotarlas, pero abriendo al Misterio de Dios la puerta que el materialismo, quizá, había cerrado demasiado pronto

 

Ricardo Franco

Madrid 16/10/2023

Actualizada 16:19

Después de tres años de trabajo con un equipo de veinte científicos de diferentes campos, los autores Michel-Yves Bolloré, ingeniero y director de empresa, y Olivier Bonnassies, politécnico y empresario, presentan en España el libro Dios. La ciencia. Las pruebas. El albor de una revolución. Su publicación ha resultado ser todo un éxito editorial en Francia por su temática y sus conclusiones científicas. ¿Puede prescindir la ciencia de un universo sin alguien que lo origine y lo sostenga? ¿Puede la ciencia interpretar los signos de un orden en el universo sin una voluntad creadora?

¿Se puede, en definitiva, reconocer a Dios a través del método científico y de la interpretación de los signos que la realidad muestra a la razón? Los autores han tratado de responder a estas preguntas sin agotarlas, pero abriendo al Misterio de Dios la puerta que el materialismo, quizá, había cerrado demasiado pronto.

 

–El libro ha causado furor en la laica Francia ¿Por qué? Parece que no decae la exigencia de sentido último de la vida...

–Michel-Yves Bolloré: Sí, y es comprensible, porque si hay una pregunta sobre la que todos debemos reflexionar seriamente al menos una vez en la vida, es si existe o no un dios creador. Sobre todo, porque esta pregunta está ligada a otra esencial para cada uno de nosotros: ¿Habrá vida después de esta vida? Evidentemente, si Dios no existe, la respuesta a esta última pregunta es «¡no!». En un momento en que el número de no creyentes en nuestros países ha aumentado considerablemente, la necesidad de una respuesta a esta pregunta se ha hecho mucho más acuciante que antes.

 

“La filosofía y la religión definen a Dios como un ser trascendente que creó el Universo en función de la vida: la ciencia llega a la misma conclusión”

Olivier Bonnassies

 

–¿Qué creen que buscan los lectores en su demostración?

–Michel-Yves Bolloré: Lo que la gente busca, y lo que queríamos ofrecerles, es poder disponer de todo lo que la ciencia y otros campos del conocimiento tienen que decir hoy sobre este tema en un libro de fácil lectura, pero muy preciso.

 

–¿Y cómo pueden demostrar con el método científico, que trabaja con datos, algo que no puede medirse?

–Olivier Bonnassies: La ciencia se basa en el principio de causalidad, que nos lleva a buscar causas a los efectos. Sin embargo, la ciencia moderna, a través de diversas disciplinas, tiende ahora a establecer que nuestro Universo tuvo un comienzo absoluto y que también se beneficia de un extraordinario ajuste fino de sus datos iniciales, así como de las constantes que determinan las leyes de nuestro mundo. Y cuando buscamos una causa para estos asombrosos descubrimientos, llegamos naturalmente a la cuestión de la existencia de un dios creador.


–¿Pueden relatarnos algún ejemplo de esa evidencia científica (Dios) que hayan contado en el libro?

–Olivier Bonnassies: Einstein demostró que el tiempo, el espacio y la materia están relacionados. Ahora bien, si tuvieron un principio absoluto, eso significa que la causa en el origen de este surgimiento es necesariamente no temporal, no espacial y no material, y que también tenía el poder de regularlo todo para que los átomos pudieran ser estables, las estrellas pudieran arder durante miles de millones de años y la vida pudiera surgir. Todas estas cosas, ahora lo sabemos, eran infinitamente improbables. La filosofía y la religión definen a Dios como un ser trascendente que creó el Universo en función de la vida: la ciencia llega a la misma conclusión.

 

“Hoy todo converge para permitirnos concluir que la existencia de Dios es la mejor explicación racional del mundo”

Olivier Bonnassies

 

–Entonces, ¿se puede encontrar a Dios en la realidad?

–Michel-Yves Bolloré: Si Dios existe, todos los campos del conocimiento, la ciencia, la filosofía, la moral, la historia, etc.; deben converger necesariamente hacia la misma respuesta. Por eso nuestro libro no se limita a la ciencia, sino que explora otros campos del conocimiento. Si existe, debe encontrarse tanto en la belleza del mundo como en los grandes enigmas históricos, como en el destino de los judíos, o en acontecimientos extraordinarios, como el de Fátima al que también hacemos referencia.


–¿Ha avanzado tanto la ciencia como para mostrar a un Dios que trabaja en el fondo de toda la realidad?

–Olivier Bonnassies: Nuestra investigación se centra en una sola pregunta: ¿existe o no un dios creador? Y desde un solo enfoque: la racionalidad. Hemos abierto doce expedientes independientes, la mayoría de carácter científico, aunque no todos. Y la sensación que tenemos es que hoy todo converge para permitirnos concluir que la existencia de Dios es la mejor explicación racional del mundo. Dios está «oculto», por supuesto, como decía Blaise Pascal, porque trasciende a nuestro Universo. Pero cada vez resulta más difícil concebir la realidad sin él de fondo.


–¿Se puede hablar desde la unidad de ciencia y religión de un Dios bueno y creador, que cuida el mundo?

–Olivier Bonnassies: Nuestro libro sólo examina la cuestión de la existencia de Dios. Así que no trata de la fe ni de la religión. Para averiguar quién es Dios y cómo se relaciona con el mundo haría falta otra investigación que examinara la credibilidad de las distintas revelaciones. Creemos que es posible encontrar respuestas a este interrogante, pero ése no era el propósito de nuestro libro.

 

Fuente:

https://www.eldebate.com/religion/iglesia/20231016/autores-demuestran-ciencia-existencia-dios-cada-vez-mas-dificil-concebir-realidad-el-fondo_146830.html


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(Critica Cristiana del Libro)

 


‘Dios - La ciencia - Las pruebas: 

El albor de una revolución’: una reseña

 

Aparece ahora en castellano el libro que capturó una gran atención mediática en Francia y pretende aportar pruebas de la existencia de Dios.

14 de octubre de 2023 · 22:00

Antoine Bret

 

En 2021, los franceses Michel-Yves Bolloré y Olivier Bonnassies publicaron Dieu, la science, les preuves: L'aube d'une révolution. El libro tuvo mucha repercusión mediática en Francia. Medios de comunicación franceses como la radio “Europe 1” o el diario “Le Figaro” hablaron de ello.

Ahora acaba de salir la traducción en castellano: Dios - La ciencia - Las pruebas: El albor de una revolución. A ver si “Radio Nacional de España”, “El País” o “El Mundo” se apuntan. De momento, El Correo ya lo ha hecho.

Me alegro de que semejante tema salga en las noticias. Desgraciadamente, los argumentos del libro me parecen flojos, lo que me complace menos.

El libro pretende aportar pruebas de la existencia de Dios. En cuanto a las “pruebas vinculadas a la ciencia”, se estructura en torno a tres:

- El universo tuvo un principio (capítulos 4-8).

- El ajuste fino del universo (capítulos 9-10).

- La aparición de la vida a partir de la materia inerte (capítulo 12).

No soy biólogo, sino físico. Así que sólo hablaré de las dos primeras.

Advertencia: la lectura previa del artículo Big Bang: lo que sabemos, lo que sospechamos, lo que no sabemos, aquí en Protestante Digital, está más que recomendada. ¿Lo más importante para nosotros aquí? Sabemos que, en el pasado, nuestro universo salió de una época cuya física, la gravedad cuántica, desconocemos. A veces la llaman “Época de Planck”(1). Por eso cualquier tesis acerca del pasado lejano del universo solo puede ser especulativa, con o sin comienzo. Como bien escribió el físico Carlo Rovelli(2):

Ahora bien, en la física actual no existe ninguna definición razonable de temperatura y entropía que se mantenga en tal régimen [gravedad cuántica]. Así, cuando consideramos la temperatura y la entropía del universo muy primitivo, es muy probable que no sepamos de qué estamos hablando.

Rovelli escribió esto en 1993. 30 años después, nada ha cambiado. Seguimos sin una teoría probada de gravedad cuántica.

 

Ahora hablemos del libro.


- El universo tuvo un principio (capítulos 4-8)

Se trata del denominado “argumento cosmológico Kalam”, expuesto en la página 65:

Todo lo que tiene un comienzo tiene una causa.

El Universo tiene un comienzo.

Por lo tanto, el Universo tiene una causa, transcendente a su existencia (Dios).

Repasemos los argumentos de los autores para demostrar que el universo tuvo un comienzo. Salvo omisión mía, son dos: la muerte térmica del universo y el Big Bang.


La muerte térmica del universo

¿De qué se trata? La idea queda bien ilustrada con el ejemplo que se da al principio del capítulo 4: el fuego de una chimenea siempre se apaga si no se le hecha leña. Al final, sólo quedan cenizas. El tiempo transforma el orden en desorden. En jerga científica, decimos que la “entropía” crece.

Lo mismo podría haber pasado con nuestro universo. Hoy tenemos estrellas. Tarde o temprano, todas morirán. Algunas se convertirán en enanas marrones o blancas, otras en estrellas de neutrones y otras en agujeros negros. Y si Stephen Hawking tenía razón, hasta los agujeros negros se evaporarán y, en unos tropecientos años, el universo estará poblado nada más que por luz y cadáveres estelares incapaces de generar algo interesante, aunque colisionaran. En resumen, como escriben los autores en la página 60:

Si [el universo] existiese desde siempre, ya se habría agotado.

Tal es la tesis de los autores.

Mi comentario

Creo que algo falta en esta frase de la página 60. Habría que decir:

Si [el universo] existiese desde siempre, y si fuera estático, ya se habría agotado.

En efecto, si el universo hubiera existido siempre y fuera estático, si pudiéramos compararlo con la superficie de un globo que no se infla, entonces todo lo que acabamos de decir, estrellas muertas, agujeros negros evaporados, etc., necesariamente ya habría ocurrido.

Pero nuestro universo no es estático. Es dinámico. Y nada en la física conocida excluye un pasado infinito, por la buena razón de que el universo acaba de salir de una etapa cuya física se desconoce. Aparte de que la aplicación del segundo principio de la termodinámica3 a un universo dinámico no es nada evidente, seguimos topándonos con esta época pasada durante la cual, como dice Carlo Rovelli más arriba, probablemente ni sabemos cómo definir la entropía. Y si ahora pasamos a las especulaciones sobre esta época, podemos perfectamente concebir modelos de universo eterno y cíclico, como el modelo de Neil Turok (Edimburgo) y Paul Steinhardt (Princeton) en su libro Endless Universe (Universo sin Fin).

 

El Big Bang

Los autores dedican el capítulo 5 a la historia de la teoría del Big Bang. Explican, creo que muy bien, cómo, observación tras observación, la idea fue ganando aceptación hasta el punto de ser objeto de un consenso muy amplio entre los físicos. Si no me equivoco, sólo citan en apoyo de la tesis la expansión, el fondo cósmico de microondas y la síntesis primordial de los elementos ligeros (páginas 85 y 89, y nota 61 en la página 92). Podríamos haber añadido, entre otras cosas, las oscilaciones acústicas de los bariones o la medición de la temperatura del fondo cósmico de microondas en distintas épocas4. En resumen, estamos completamente de acuerdo.

Mi comentario

Los problemas comienzan cuando los autores sacan la precipitada conclusión de que el Big Bang es “según el modelo estándar, el comienzo del espacio, del tiempo y de la materia” (página 97). Como dije antes, nuestros conocimientos actuales no nos permiten retroceder en el tiempo tanto como quisiéramos. Así que, cuando leemos en la página 105 que "no solo la materia y la energía, sino que también el tiempo y el espacio vinieron a la existencia en el instante de esta singularidad cósmica inicial", podemos concluir que los autores parecen ignorar que la “singularidad” no es real. Es una predicción de la Relatividad General en un ámbito en el que ya no es válida. Cuando la Relatividad General predice una singularidad, nos está diciendo “cuidado, aquí no soy de fiar”5.

El capítulo 6, en el que los autores discuten las alternativas al Big Bang, muestra cierta confusión. Aquí encontramos un batiburrillo de ideas que han sido refutadas con creces y que tienden a negar la expansión del universo (luz cansada, estado estacionario, universo plasma), otras ideas que no tienen nada que ver con el pasado del universo sino con su futuro (Big Crunch) y, por último, especulaciones que no entran en conflicto con el Big Bang (bien entendido), sino que especulan sobre lo que podría haberle precedido en base a teorías, todas especulativas sin excepción, de la gravedad cuántica (universo sin bordes6, teoría de cuerdas, gravedad cuántica de bucles).

Los autores vuelven sobre este punto en el capítulo 11, hablando de un inicio del universo como una “certeza” (página 216). Pero está lejos de ser una certeza. En su apoyo, citan el teorema de Borde-Guth-Vilenkin (BGV), que demuestra que, en condiciones muy generales, es inevitable que haya una singularidad en el pasado (página 219). Pero aquí volvemos a tropezar con el mismo escollo: el BGV no cuenta con efectos cuánticos. Por cierto, aquí está Alan Guth, la ‘G’ de BGV, declarando que cree que el universo es probablemente eterno en el pasado pero que, en cualquier caso, nadie lo sabe7.

Entonces, ¿será Guth bipolar? No. Simplemente sabe muy bien que "su” BGV no describe la realidad8.

Como se dice en el artículo Big Bang: lo que sabemos, lo que sospechamos, lo que no sabemos mencionado al principio, sabemos que hace 13.000 o 14.000 millones de años, el universo salió de una fase muy densa y caliente y que desde entonces no ha dejado de expandirse. Todo lo que podemos decir sobre lo que ocurrió antes es especulación, con o sin principio. De momento, elevar la especulación “comienzo” por encima de las demás es más ideología que ciencia.

 

- El ajuste fino del universo (capítulos 9-10)

El “ajuste fino” significa que, dadas las leyes físicas que conocemos, las constantes fundamentales (9) que contienen no pueden modificarse, por poco que sea, sin resultar en un universo inadecuado para la vida.

Es absolutamente cierto.

No es otro delirio fundamentalista, como pretenden algunos ateos. Martin Rees, Cambridge University Press, Review of Modern Physics, Annual Review of Nuclear and Particle Science, Nima Arkani-Ahmed10, pez gordo de Princeton, o Leonard Susskind11, otro de Stanford, no tienen como costumbre escribir/publicar para complacer a los creyentes.

La explicación -que de momento no la tenemos- es harina de otro costal. Las opciones son:

1 Somos muy afortunados.

2 Hay multitud de universos con constantes diferentes, y estamos en uno de ellos que permite la existencia de la vida.

3 Un dios ha ajustado las constantes para que eso funcione.

La opción 1 es impensable, dada la increíble improbabilidad de todo el asunto. Quedan las opciones 2 y 3. Cabe notar que la opción 2 no implica ateísmo, ya que una explicación no niega en absoluto la existencia de Dios. Sólo empuja un poco más lejos al “dios tapa agujeros”. Sin embargo, los autores optan por descartarla. Por tanto, si descartamos la opción 2, evidentemente, sólo queda la 3. Es interesante observar que Nima Arkani-Ahmed, citado anteriormente, lo reconoce plenamente en la conferencia cuya referencia aparece en las notas:

Ahora sabemos lo suficiente de física como para saber qué aspecto tendría el universo si cambiáramos las constantes. Sería una coincidencia muy interesante que los números salieran así. Si eso ocurriera, empezaría a volverme religioso.

Mi comentario

Pero, ¿es tan fácil eliminar la opción 2? Me parece que los autores lo hacen con una prisa sospechosa en el capítulo 10, donde mencionan la teoría de cuerdas y la inflación de una forma confusa que no hace justicia a su papel.

¿Cómo podría el tándem teoría de cuerdas/inflación explicar el ajuste fino, de forma naturalista?

Respuesta: la teoría de cuerdas permite valores distintos para las constantes fundamentales. Por tanto, permite potencialmente otros universos con constantes distintas. Pero, ¿existen realmente esos otros universos, con constantes distintas? Aquí es donde entra en juego la teoría de la inflación, según la cual un universo puede “parir” a otros, que paren a otros, que paren a otros…, sin que el proceso nunca se detenga. La inflación generará multitud de universos, y la teoría de cuerdas deja que todos sean diferentes. ¡Llueven universos! Cuerdas + inflación = multiverso = multitud de universos con constantes diferentes.

¿Se sostiene el tándem cuerdas/inflación? He aquí las razones por las que me parece una temeridad descartarlo en 2023:

El multiverso no es sólo una “técnica de evitación” ideológica, como pretenden los autores en la página 214. Obviamente, algunos se aferran a la idea por motivos ideológicos. Pero no fue así como surgió la teoría de cuerdas. Originalmente era una teoría de las fuerzas nucleares. Es más, hay muy buenas razones para pensar que la Mecánica Cuántica y la Relatividad General deberían poder unificarse. Y la teoría de cuerdas es una candidata excelente.

Es cierto que la inflación es especulativa, pero menos que la teoría de cuerdas. En su versión más simple, por ejemplo, las predicciones que hace sobre la estructura del fondo cósmico de microondas están verificadas.

Si la teoría de cuerdas y la inflación son ciertas, el multiverso es una consecuencia lógica inevitable. Desde las ondas de choque hasta el bosón de Higgs, a lo largo de la historia de la física son tantas las veces que un fenómeno predicho sobre el papel termina observado en el mundo real, que prefiero ser prudente.

¿Le sorprende el multiverso? ¿Le parece una idea descabellada? Según el Pesahim del Talmud de Babilonia (un libro judío de hacia el siglo IV), “el tamaño del mundo es de seis mil parasangas” (Pesahim 94a), es decir, unos 30.000 km. Imagina la cara de su autor si le hubieran hablado de 93.000 millones de años luz (874.200.000.000 millones de millones de km). Imagina la cara de Newton si le hubieran dicho que el tiempo y el espacio son elásticos, plan Einstein; la cara de René Descartes si le hubieran hablado de Mecánica Cuántica; o la cara de Cristóbal Colón si le hubieran hablado de la deriva continental. Y así sucesivamente. Me parece que si algo nos enseña la historia de la ciencia, es que una hipótesis no está equivocada sólo porque parezca descabellada.

Es cierto que la teoría de cuerdas nunca se ha puesto a prueba. Pero, ¿y qué? Lejos de mí pensar que no lo necesita. Pero que hoy no hayamos encontrado la forma de hacerlo no significa que nunca la vayamos a encontrar. ¿Podría Galileo haber probado la Mecánica Cuántica o la Relatividad General? Ahora podemos hacerlo en un laboratorio del tamaño de una cocina, o incluso en tu GPS, pero Galileo nunca habría sido capaz de hacerlo ni, probablemente, de tan solo imaginar que algún día podríamos hacerlo.

Para más información sobre el tema, remito al lector este artículo de Tom Rudelius, cristiano y físico que hizo su tesis doctoral sobre el tema en Harvard bajo la supervisión de Cumrun Vafa, una eminencia en Teoría de Cuerdas. O el libro de Joseph Conlon, ¿Por qué la teoría de cuerdas? También se puede escuchar a Don Page, físico y cristiano, declarando en esta entrevista:

"Sí, creo que existen múltiples universos, aunque no estoy seguro de ellos".12

 


Por último

Por último, me gustaría comentar dos temas del libro. Un párrafo inquietante, y una cita de un físico llamado Aleksandr Vilenkin.

Un párrafo inquietante

Se trata del párrafo titulado “Hugh Everett y la teoría de los mundos múltiples”, en la página 210. Es inquietante por dos razones. En primer lugar, los autores presentan la teoría de Everett como una solución naturalista al enigma del ajuste fino. No lo es. Por la sencilla razón de que los mundos múltiples de Everett tienen las mismas constantes que nuestro mundo. En segundo lugar, y lo que es más inquietante, Everett es presentado como un borracho cuyos delirios no han recibido ninguna atención. Así, de nuevo en la página 210, leemos:

En 1954, Hugh Everett, hablando de las paradojas de la física cuántica con un compañero de clase de Princeton, formula, a modo de broma, la hipótesis de universos múltiples… pero esta teoría iconoclasta no encuentra gran eco, aunque constituya de manera evidente una fuente de inspiración para los autores de ciencia ficción.

Creo importante añadir que la versión francesa de esta misma cita empieza así (13):

En 1954, durante una noche un poco regada con jerez, Hugh Everett…

Al parecer, Everett solo bebe al norte de los Pirineos. Dicho esto, es importante que el lector sepa lo siguiente:

El artículo de Everett se publicó en la prestigiosa revista Review of Modern Physics, que no tiene por costumbre publicar basura. Por ejemplo, lleva décadas publicando las conferencias del Nobel de Física.

Que su director de tesis no era otro que John Wheeler, uno de los físicos más importantes del siglo pasado, y prototipo del gigante científico virtualmente incógnito del público(14).

Que John Wheeler dedicó un artículo entero a la teoría de Everett, de nuevo en Review of Modern Physics, concluyendo: “No parece posible escapar de esta formulación [la de Everett] de estado relativo si se quiere tener un modelo matemático completo para la mecánica cuántica interna a un sistema aislado”15.

Por último, hablando del eco que ha recibido la teoría de Everett, su artículo de 1957 ha sido citado más de 1.600 veces en la literatura científica (no en “Cuarto Milenio”), y no para burlarse de él.

¿Quieren un ejemplo de científicos cuyas teorías no encuentran ningún eco? Los seudocientíficos hermanos Bogdanov16, mencionados en la página 108 del libro, y en el Anexo “Agradecimientos”, en la página 571. Sus trabajos no han recibido ningún eco. Es fácil de comprobar. Citar a los Bogdanov y burlarse de Everett es poner el mundo al revés. Es inquietante.

 

La cita de Aleksandr Vilenkin

Quiero terminar hablando de una cita del físico Aleksandr Vilenkin, omnipresente cuando el debate ciencia y fe navega por estas aguas17:

Con la prueba establecida [el teorema BGV], los cosmólogos no pueden seguir escondiéndose detrás de la posibilidad de un universo con un pasado eterno. No hay más escapatoria, tienen que encarar los problemas de un comienzo cósmico.

Esta cita, mencionada tres veces en el libro, en las páginas 107, 213 y 259, aparece una y otra vez en este contexto, y el lector informado estará sin duda familiarizado con ella. Por ello, parece oportuno dedicarle unas palabras.

Aunque ya he explicado por qué el teorema BGV no describe el mundo real, creo que merece la pena plantearse las siguientes preguntas antes de declarar a Vilenkin vencedor por KO:

¿Cómo es que Alan Guth, la ‘G’ de BGV, declaró que el universo es probablemente eterno en el pasado, pero que básicamente nadie lo sabe? (ver la foto más arriba).

Ya que estamos decidiendo que algo es cierto porque lo dice un gran nombre, ¿por qué no seleccionar esta otra cita, de Anna Ijjas (Universidad de Nueva York), Avi Loeb (Harvard) y Paul Steinhardt (Princeton)?: “Aunque la mayoría de los cosmólogos asumen un bang, actualmente no hay pruebas –cero- para decir si el evento que ocurrió hace 13.700 millones de años fue un Bang o un Rebote”18 ¿Será que estos tres nunca han oído hablar del BGV? ¿Acaso Harvard, Princeton y la Universidad Nueva York tienen menos prestigio que Tufts (donde enseña Vilenkin)?

Si se ha demostrado inequívocamente que el Big Bang fue el principio, ¿qué hacen los autores de estos 1.900 artículos científicos estudiando la opción del “Rebote”? ¿Acaso les gusta perder el tiempo? ¿Y qué hicieron los comités de revisión, dejando pasar 1.900 artículos que no serían más que divagaciones si BGV fuera valido para el mundo real?

No estoy seguro de lo que Vilenkin tenía en mente cuando escribió eso, pero está claro que exagera. Por cierto, parece que recientemente ha puesto (un poco de) agua en su vino, con una frase que, por cierto, nunca se cita:

La cuestión de cómo empezó el universo sigue envuelta en un halo de misterio"19.

 

Conclusión

Esta reseña ya es suficientemente larga y prefiero dejarlo así. Como ya he dicho, la historia del Big Bang me parece bien contada. También me parece satisfactoria la explicación del ajuste fino. También me siento cercano a otras partes del libro que no he reseñado, como el capítulo 18, en el que se plantea la pregunta “¿Quién puede ser Jesús?”, antes de retomar un argumento de C.S. Lewis que me estremeció cuando descubrí por primera vez al hombre que fue “más que un carpintero”.

Desgraciadamente, el argumento científico está contaminado de ideología. Que un argumento vaya en mi dirección no significa que sea correcto. Quizá algún día se demuestre que el universo tuvo un principio. Entonces estaré encantado de añadirlo a mi navaja suiza apologética. Pero ese día no ha llegado.

Mientras tanto, prefiero que mi fe descanse en Jesús que en otra roca que podría resultar ser arena.

 

Notas

1 Ya que desconocemos su física, también desconocemos su duración.

2 “Now, in present-day physics there is no reasonable definition of temperature and entropy that holds in such a regime. Thus, when we consider temperature and entropy of the very early universe, it is very likely that we do not know what we are talking about.” C Rovelli, Statistical mechanics of gravity and the thermodynamical origin of time, Classical and Quantum Gravity, Volume 10, Number 8, 1993.

3 Un principio que dice que la entropía de un sistema cerrado siempre crece.

4 Ver Figura 5 de este artículo.

5 Por cierto, un artículo tan reciente como fascinante sobre gravedad y antimateria empieza así: “Las singularidades de la teoría general de la relatividad y la falta de una teoría cuántica de la gravedad sugieren que nuestra imagen está incompleta” (Singularities in the general theory of relativity and the lack of a quantum theory of gravity suggest that our picture is incomplete.).

6 Notablemente, este escenario “sin borde” es el de Hawking: una de las especulaciones en la cual el universo sí tiene un comienzo.

7 “It’s very likely eternal - but nobody knows”. Ver su intervención en el minuto 58 de esta conferencia.

8 Lo que no quiere decir que sea inútil.

9 Velocidad de la luz, constante de Planck, carga elemental, etc.

10 Nima Arkani-Hamed, Space-Time, Quantum Mechanics and the Multiverse, Talk in Oxford, 3 de diciembre, 2013.

11 Leonard Susskind, the Theoretical Minimum, Statistical Mechanics, Lecture 10.

12 “Yes I do believe that multiple universes exist although I’m not certain about them.”

13 “En 1954, au cours d’une nuit un peu arrosée au xérès, Hugh Everett…” (página 204 de la edición original francesa).

14 Como lo fueron, o lo son, gente como Lev Landau, Hans Bethe, Yákov Zeldóvich, Roger Blandford, etc. La lista es larga.

15 “No escape seems possible from this relative state formulation if one wants to have a complete mathematical model for the quantum mechanics that is internal to an isolated system.”

16 Prototipos de seudocientíficos muy conocidos por el público, al menos en Francia.

17 “With the proof now in place, cosmologists can no longer hide behind the possibility of a past-eternal universe. There is no escape: they have to face the problem of a cosmic beginning.” Alex Vilenkin, Many Worlds in One: The Search for Other Universes, Hill and Wang; First Edition, 2007, p. 176.

18 “Although most cosmologists assume a bang, there is currently no evidence—zero—to say whether the event that occurred 13.7 billion years ago was a bang or a bounce.” Anna Ijjas, Avi Loeb, Paul Steinhardt, Pop Goes the Universe, Scientific American, January 2017. Disponible aquí.

19 “The question of how the universe began is still enveloped in a cocoon of mystery”. Alex Vilenkin, Cosmology for the Curious, Springer 2017, p. 331.

 

Fuente:

https://protestantedigital.com/tubo-de-ensayo/67290/dios-la-ciencia-las-pruebas-el-albor-de-una-revolucion-una-resena

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James T. Houk