lunes, 28 de junio de 2021

El fin del mundo según el Corán (Colaboración)

 


Nota Inicial:
La presente publicación fue escrita y elaborada por un colaborador y amable lector de este Blog. Este artículo NO fue escrito por el habitual escritor y responsable de este sitio Noé Molina. (*)

___________________



El fin del mundo según el Corán


El Corán es un libro extraño, desordenado, sin orden cronológico, cuyos relatos, códigos, adagios y profecías se saltan y solapan entre sí, volviéndose en un pastiche pseudo bíblico muy oscuro y confuso, aún así con un poco de práctica es posible discernir entre relatos, a pesar de tanto desorden y callejón sin salida, es interesante señalar una serie de predicciones y amenazas veladas que de vez en cuando aparecen, las cuales pueden interpretarse como las señales del fin de los tiempos.

Según el Corán cuando el creyente muere entra en un estado de espera junto a Alá en el paraíso, hasta que llegue el «Día del Juicio» y se entreguen las recompensas prometidas, los impíos, también entran en estado de espera, pero esta vez en sus tumbas, también esperando el «Día del juicio final» donde se decidirá su destino.—Como todos sabemos este es un recurso bastante común en el medio Oriente, el bien es recompensado y el mal castigado.—

Durante los últimos días (o eschaton) ocurrirán una serie acontecimientos que consumarán el fin del mundo tal y como lo conocemos.—un recurso comúnmente monoteísta—

Estos acontecimientos son conocidos como: las señales. Existen dos tipos de señales, las mayores y las menores.




Señales menores:

·El esclavo pasará a ser amo, los hombres competirán en la edificación de edificios altos, los sabios y conocedores se acabarán, los líderes serán ignorantes, aumentará la fornicación y el alcoholismo, habrá mucho derramamiento de sangre, dos grandes países pelearán y se matarán, habrá terremotos de gran magnitud, plagas de langostas devorarán cosechas y habrá hambre, los ríos se desbordarán, los vivos pedirán estar muertos.—como siempre, las típicas y ubicuas profecías insípidas aplicables a casi cualquier época y lugar—

Señales mayores:

·Vendrá el falso Mesías a liderar el mundo diciendo que es Alá y que traerá el cielo a la tierra, profetizará un falso Islam, el falso Mesías es corto, de cara rojiza, ciego de un ojo, y tendrá los pelos parados, viajará por el mundo, pero no entrará a la Meca o a Medina.—Vemos que se anuncia la aparición de un enemigo descarriador descrito a través de un estilo apocalíptico que puede significar cualquier cosa, un individuo, una ideología, una tecnología, curiosamente el enemigo no entrará en tierra sagrada de los musulmanes ¿No les parece haber visto esto del falso profeta esto en algún lado?—

·Desde el cielo en una mezquita de Damasco durante la madrugada Jesús vendrá por segunda vez y al mismo tiempo que el falso profeta utilizando el título de «el guiado». En esta segunda venida Jesús se cambiará el nombre a Mohamed hijo de Abdulá y sera de estatura media, de cara rojiza, y su pelo estará como recién bañado, en su misión traerá riquezas, romperá la cruz, matará al cerdo y al falso profeta, además convertirá judíos y cristianos al Islam, gobernará desde Jerusalén, comandará un ejército, vivirá muchos años y morirá naturalmente.—Nuevamente vemos una serie de objetos, sitios y personajes crípticos como el guiado, el cerdo, la mezquita de Damasco, la cruz, el cabello mojado, descritos en género apocalíptico, que pueden significar cualquier cosa, y con un estilo sospechosamente Cristiano—

·Gog y Magog serán liberados y destruirán la tierra, se tomarán toda el agua y matarán gente.—Ok, esto ya es demasiado, son los mismos personajes del Apocalipsis Cristiano haciendo las mismas cosas, ¿que pasa aquí cuando sucederá algo que no sea un plagio?—

·Alá mandará una lombriz que acabará con Gog y Magog y quedarán cinco mujeres por cada hombre—¡hey!, porque fin algo interesante, 5 mujeres por cada hombre no esta nada mal, y una lombriz monstruosa destazando gente es un buen toque, aunque probablemente la lombriz exterminadora, es más bien una alusión a una plaga, sea como sea espero que sea una lombriz godzilliana—

·Aparecerá un humo sobre toda la tierra que resfriará a la gente, llegará un viento frío que matará a los creyentes dejando solamente a los impíos que vivirán la Hora final.—este robo intelectual se volvió vergonzoso, peor aún, ¿a quien se le ocurrió versionar que el arrebatamiento iba a ser desencadenado resfriado?—

·El sol saldrá por el occidente entonces el Ángel Israfil soplará la corneta y comenzará el Juicio final.—¿un ángel tocando la trompeta del juicio final?, esto ya es demasiado este plagio debe detenerse ya, ¡ejem!, perdón, me equivoqué... que es una corneta lo que toca el ángel, ¡Que idea más original y única!, no hay idea más fresca que tocar una corneta en vez de una trompeta—

·En el Juicio final Alá repartirá justicia divina entre creyentes e impíos, llevará los buenos a la yanna (el cielo) por la eternidad y les recompenzará entre otras cosas con 72 vírgenes, y los malos se irán al lago de fuego.—el fin—

A continuación, un comentario personal: Si usted llegó hasta aquí, ya se habrá dado cuenta (a menos que sea muy tonto o muy tonta), que el fin del mundo coránico es una copia tibia y desvergonzada de la escatología bíblica, adaptada al contexto y los giros Arábigos. Yo entiendo que el Islam es uno de las tres grandes religiones Abrahámicas, y que debe seguir ciertas líneas, estilos e ideas generales con los otros monoteísmos, pero esto es demasiado, aparentemente él o los escritores del Corán que estaban encargados de escribir (más bien recopilar y adaptar) las profecías del tiempo final, irónicamente no tuvieron suficiente tiempo (o inspiración divina) y terminaron tomando lo que tenían a la mano: La escatología del nuevo testamento, maquillada de forma decepcionante.

De hecho, esa es la sensación general después de leer el Noble Corán: decepción. Solo puedo sentir decepción ante este remake confuso, oscuro, sumamente aburrido y lleno de callejones sin salida, que habla de los mismos relatos genéricos sobre estilos de vida y mitologías del Antiguo medio Oriente, los cuales por cierto la Biblia ya había rerereferitado.

Y para finalizar, quiero dejar una reflexión cacofónica al final: El Corán copió tanto la Biblia, que incluso se copió, de lo mismo que la Biblia se copió.



_________


El autor de esta publicación es "Sherlock Holmes", fiel seguidor y colaborador de este Blog; quien amablemente me solicitó el compartir este artículo con el resto de los lectores; y al no estar en contra de la filosofía del Blog, es un honor para mí el poder publicarlo.

______________


Ver:

Lista de las Excusas más utilizadas por los Cristianos en los debates con Ateos


Ver:
Top 10. Los Misterios de la Biblia

Ver:
Top 10 Amenazas Cristianas




   
Ver:
De por qué Dios odia a los Ateos


Ver:
De por qué Dios odia a los Blasfemos

Ver: Lo Sobrenatural Hoy... 
¿Está presente Dios en el Mundo Actual?


Ver: Curaciones milagrosas. 
Punto de vista Ateo

Ver: La Probabilidad de Escuchar a Dios. 
Las Comunicaciones Sobrenaturales Divinas.

Ver: Guía para el Cristiano novato que desea convertir Ateos en Creyentes

Ver Artículos sobre: 
Los 10 Mandamientos 

Ver Artículos sobre: 
Oraciones Cristianas



ARTICULOS RELACIONADOS




"Para ti soy ateo. Para Dios, la oposición" 

Woody Allen



lunes, 21 de junio de 2021

El origen del Castigo (Colaboración)


 

Nota Inicial:
La presente publicación fue escrita y elaborada por un colaborador y amable lector de este Blog. Este artículo NO fue escrito por el habitual escritor y responsable de este sitio Noé Molina. (*)

___________________



El origen del castigo


Directa o indirectamente, las interminables discusiones sobre la existencia del libre albedrío afectan al derecho penal y a la filosofía del derecho como bases de todos lo sistemas jurídicos actuales al menos en los estados democráticos.

Aquí mismo, en ese foro, hay detractores del libre albedrío y, por tanto, defensores de los sistemas judiciales como único mecanismo de defensa de la sociedad ante los actos antijurídicos. No obstante, siempre he defendido la idea de que del libre albedrío no surge ni la responsabilidad ni la culpabilidad, sino que tanto una como otra son constructos culturales heredados por vía consuetudinaria y no como una inferencia lógica de la existencia del libre albedrío. Y, por esa misma razón, he dejado de indagar sobre si el determinismo es cierto o no.

Ser libre o no, no tiene importancia para la acusación de “culpable” de un delincuente ni de ninguna persona. Es más, ni siquiera hay diferencia entre la libertad de quien considera que existe el libre albedrío y de quien lo niega, esto es, que aún no existiendo el libre albedrío somos libres de hacer lo que nos plazca, otra cosa es que dichas acciones que llevamos a cabo estén determinadas de antemano, lo que no impide el poder satisfacer nuestros deseos. Dicho de otra manera: hacer lo que nos place, aunque dichos deseos estén determinados, es, al fin y al cabo, la finalidad del hombre. La felicidad es posible aún siendo un robot orgánico.

Pero no voy a tratar una vez más el tema de la libertad humana, sino lo que se desprende de ella, como es la culpabilidad.

En un ensayo mío, escrito en el 2004, ya me hacía cargo del origen del castigo:


«La resistencia, por parte del hombre moderno, a verse determinado y, por tanto, libre de responsabilidad moral sigue siendo la necesidad de satisfacer y justificar ciertas pasiones que sólo pueden verse aliviadas en una sociedad que no admite que haya causas totalmente determinantes haciendo posible el reproche y la censura. Este hecho se halla inscrito en los, tan frecuentes, eufemismos en los que incurren las gentes que se manifiestan públicamente en las calles o en los medios de comunicación. al exigir "más justicia" ante condenas o sentencias a criminales a los que se han juzgado no con todo el rigor y severidad que la masa hubiera deseado.

¿Cómo podría alguien dirigirse a unos padres, a quienes le hubieran violado y asesinado a su hija, diciéndoles que el asesino es digno de conmiseración al no tener la culpa de ser lo que es? Cabe preguntarse, por lo tanto, si es posible concebir la idea de responsabilidad moral en una sociedad en la que no existieran todas esas pasiones anteriormente citadas. En dicha sociedad sólo cabría un sistema disciplinario basado en el amedrentamiento, encaminado a la evitación de conductas no deseadas, tal como concebimos el castigo a los niños o a los animales -a los que castigamos "por su bien" pero sin sentir ningún tipo de odio, ira o venganza por considerarles irresponsables de sus actos.

No podemos' calificar de injusto el dejar de aplicar un castigo a un niño o a un animal. Sólo podría considerarse un descuido en el sistema educativo o una negligencia, según las condiciones en las que se hubiera dejado de aplicar lo que consideramos necesario y doloroso para que ciertos comportamientos no se repitan. Si se acepta la premisa de que en una sociedad en la que se desconoce el término venganza y sus derivados sólo se podría castigar para corregir la conducta sin que el acusado incurriera en responsabilidad moral, se tendrá que admitir que lo único que justifica la existencia de ésta, en nuestra sociedad, es precisamente la susodicha venganza, permitiéndome definir el castigo como "la institucionalización de la venganza".»


En uno de tantos ensayos que se han escrito sobre el tema, Sandra Jazmín Juárez en “Culpa y castigo. Una explicación psicoanalítica.” lo expresa de la siguiente manera:


«En principio –tanto para Locke como para Nietzsche- quien había causado un perjuicio merecía una pena, un castigo “y para impedir que los hombres atropellen los derechos de los demás, que se dañen recíprocamente, y para que sea observada la ley de la Naturaleza, que busca la paz y la conservación de todo el género humano, ha sido puesta en manos de todos los hombres, dentro de ese estado, la ejecución de la ley natural; por eso tiene cualquiera el derecho de castigar a los transgresores de esa ley con un castigo que impida su violación”[2] . La contribución de Nietzsche a esta, aparentemente simple, resolución es el problema de la severidad, la cual esta determinada por el grado de cólera que padecía el afectado. Es la cólera; es decir, la emotividad personal, “la apasionada fogosidad o la extravagancia ilimitada de su propia voluntad”[3] , y no la gravedad del perjuicio, la medida de la sanción. Entonces la sanción se convierte en una forma de venganza en la cual no hay otra regulación que el monto de afecto causado. Esta lógica esta regulada por el capricho, entendido como lo incierto, lo no regulado, lo impredecible.

El ejercicio de la justicia propone la búsqueda de una equivalencia entre perjuicio y castigo: “en el estado de Naturaleza, un hombre llega a tener poder sobre otro, pero no es un poder absoluto y arbitrario para tratar a un criminal, cuando lo tiene en sus manos (…); lo tiene únicamente para imponerle la pena proporcionada a su trasgresión, según dicten la serena razón y la conciencia; es decir, únicamente en cuanto pueda servir para la reparación y la represión. Estas son las dos únicas razones por las que un hombre puede infligir a otro un daño, y a eso es a lo que llamamos castigo”[4] . La solución para Locke parece sencilla: ceder el poder y la libertad individual a un tercero, al gobernante, porque él, al no ser afectado por la trasgresión, no se apasiona y castiga de acuerdo a la gravedad de la falta.

Coincidiendo con estas ideas, Nietzsche propone que la medida del castigo esta determinada por la gravedad del perjuicio, traduciéndolo en el ejercicio de la justicia; es decir,  eliminar el afecto como determinador de la sanción, sólo de esta manera se puede confiar en que el trasgresor recibirá lo que merece, ni más, ni menos.

En un principio, se supone que bastaba con la restitución del bien o la propiedad para reparar un daño, pero ¿qué pasa con la vida humana? Esa  no se restituye, por lo tanto se debe cobrar con la vida del otro. Lo que llama particularmente la atención es el hecho del castigo traducido en dolor físico del culpable y no precisamente la restitución del daño con bienes materiales. El dolor que se ofrece como compensación, como algo que se entrega para pagar o reparar un daño causado. Pero ¿De dónde viene esa idea?, ¿Cómo llega la humanidad a la solución del sufrimiento como única alternativa para la reparación de la culpa?, ¿Cómo puede el dolor del culpable tener el poder de restituir un daño?, y sobre todo, ¿En qué momento y de qué manera el propio ser humano se convence de que aun cuando nadie sepa de su trasgresión, el único camino para liberarse es el castigo del dolor?

El acreedor, perjudicado y ofendido porque no obtuvo pago sobre algo que entregó, cambia su displacer por un contra/goce. Esta transacción es posible porque el mayor bienestar que puede obtener un ser humano se deriva del ejercicio de la crueldad, como lo afirma Nietzsche: "La crueldad constituye en alto grado la gran alegría festiva de la humanidad más antigua, e incluso se halla añadida como ingrediente a casi todas sus alegrías…"[5] . Si lo pensamos un poco, podemos relacionar prácticamente todas las fiestas –tanto las paganas como las religiosas- con actos en los que el otro tiene que sufrir, ya sea como pago de algún crimen o como muestra de una superioridad casi divina. El dolor nos hace merecedores de algo bueno: la reivindicación o la gloria.

"Ver sufrir produce bienestar; hacer sufrir, más bienestar todavía - ésta es una tesis dura, pero es un axioma antiguo, poderoso, humano - demasiado humano, que, por lo demás, acaso suscribirían ya los monos; pues se cuenta que, en la invención de extrañas crueldades, anuncian ya en gran medida al hombre y, por así decirlo, lo "preludian". Sin crueldad no hay fiesta: así lo enseña la más antigua, la más larga historia del hombre - ¡y también en la pena hay muchos elementos festivos!"[6]


Fuente:
https://www.uaeh.edu.mx/scige/boletin/prepa4/n4/e18.html




No cabe duda de que los sentimientos viscerales como la venganza, el odio y la crueldad, fueron el principal fundamento de la “reparación” de un daño aunque éste no pudiera ser retribuido de forma material. La compensación por medio de una agresión violenta que causaba sufrimiento era, quizás, más placentera que una compensación económica o material.

No obstante, tal como se comenta en el anterior ensayo de Sandra Jazmín, se estableció un sistema judicial neutral que no estuviera afectado por las emociones para poder aplicar los castigos más justos eliminando la ley del Talión y haciendo posible un sistema más justo.

Aún así, el castigo aplicado por un Estado, al que se consideraba neutral, no dejaba de tener una base retributiva y no sólo disciplinaria o disuasoria. La retribución es una forma eufemística que encubre la venganza. Es ahora el Estado quien se encarga de proporcionar a la víctima la satisfacción de la venganza aunque en una medida proporcional para evitar que cada uno se tome la justicia por su mano. Ya era un avance, por supuesto, pero dicha retribución deja de ser en la modernidad un fundamento coherente y los interminables debates sobre ella se decantan cada vez más por eliminarla y dejar como único fundamento de los sistemas penales la necesidad de ordenar la sociedad.

Gibernat Ordeig, ( ) lo dice así:

«Teoría de la necesidad de la pena: Gimbernat Ordeig, jurista experto en derecho penal, apoya la idea de que "el principio de culpabilidad debe ser sustituido por el de necesidad de pena, con lo cual no se dejaría al ciudadano al arbitrio estatal y, por ende, el fundamento y presupuesto de la pena no sería la culpabilidad, sino la necesidad político-criminal de prevención (general o especial) que de ella exista".

Teoría preventiva-retributiva: Ordeing defiende el abandono de que la pena es una retribución por el hecho cometido, basada en el reproche a quien libremente optó por el injusto. La pena tiene una misión basada en la prevención de delitos.»


Otros autores también van por ese camino:

«Todo acto de autoridad de hombre a hombre que no se derive de la absoluta necesidad es Tiranía, he aquí la base sobre la que el soberano tiene fundado su derecho

(“De los delitos y las penas”, obra de Beccaria)»


Frase de Protágoras: 
“Ninguna persona razonable castiga porque ha habido una mala acción, sino con el fin de que no haya más”

Fuente:
https://rua.ua.es/dspace/bitstream/10045/72702/1/tesis_ilsse_carolina_torres_ortega.pdf


Algunas reflexiones sobre el derecho de castigar del Estado Por EDUARDO NOVOA MONREAL

(...)Se ajusta correctamente a este pensamiento crítico la posición de la escuela de la Defensa Social, en cuanto postula que la reacción penal está encaminada no a fines de justicia sino de pro tección (social y del delincuente) . Lo importante es que no se cometan aquellos hechos que hoy denominamos delitos y no el cumplir con una ilusoria justicia condenando o castigando a quienes incurrieron en ellos (11).

Fuente:
file:///E:/Downloads/Dialnet-AlgunasReflexionesSobreElDerechoDeCastigarDelEstad-1984755.pdf


No voy a citar aquí todas las manifestaciones de autoridades en cuestión de temas de filosofía del derecho y derecho penal por su extensión, pero creo que no hace falta, puesto que la inmensa mayoría son de la misma opinión, y no se trata de “argumentos de autoridad” sino que todas esas manifestaciones están avaladas por la experiencia y la pura lógica.

En resumen. La culpabilidad no existe. Es un constructo social indemostrado que se adentra en el campo metafísico y en los sentimientos instintivos surgidos por evolución biológica. Aún así, necesitamos de ese concepto, al igual que el de responsabilidad, para aplicar leyes destinadas a proteger a los ciudadanos.

El libre albedrío no es necesario para justificar el castigo.


________

(*) Nota Final:

El autor de esta publicación es "Bernat", fiel seguidor y colaborador de este Blog; quien amablemente me solicitó el compartir este artículo con el resto de los lectores; y al no estar en contra de la filosofía del Blog, es un honor para mí el poder publicarlo.

______________

Ver:

Ver:

Ver:

Ver:

Ver:

Ver:

Ver:

Ver:
Carta Abierta a los Creyentes 
(Colaboración)

Ver:
Buenas Razones para No Creer
(Colaboración)

Ver:
Los "Milagros" de Jesús 
(Colaboración)

El Misterio de la Trinidad 
(Colaboración)

Ver:
Ateísmo… ¿Eso qué es? 
(Colaboración)

Ver:
Quien es Dios?

Ver:
¿Existió Jesús? 
¡Claro, existieron muchos!

Ver:
Top 10 “Metidas de Pata” de la Biblia.

Ver:
Top 10 Características Indeseables de Dios


lunes, 14 de junio de 2021

Desde allí, pasando por ahí, llegamos hasta aquí. (Colaboración)

 



Nota Inicial:
La presente publicación fue escrita y elaborada por un colaborador y amable lector de este Blog. Este artículo NO fue escrito por el habitual escritor y responsable de este sitio Noé Molina. (*)


___________________


Desde allí, pasando por ahí, 
llegamos hasta aquí


La religión pudo surgir ya en los mas recónditos de las cavernas. Después de milenios de evolución, los mismos que de ella se han aprovechado en beneficio propio, hoy al abrirse las puertas del espacio cósmico continúa su periplo de engaños seculares. ¿Hasta cuándo? Según ellos insecular seculorum... 

A eso es a lo que se pretende llegar, a una conclusión objetiva como hombres y libres pensadores, es mucho mejor que estar creyendo en lo increíble. Sabemos que, en este mundo, pues no existe el otro, hay dos clases de hombres, los inteligentes sin el yugo de la religión y los denominados hombres de fe o religiosos, pero sin inteligencia.

Pero aquí, y todo debe ser dicho, la que pudieran tener, pues de tontos no tienen un pelo, les sirven para usarlas entre aquellos ciudadanos mas ignorantes que buscan respuestas arrodillados ante ellos y con los ojos cerrados y llenos de fe. A estos les diríamos: reza, reza todo lo que os de en ganas, pero no dejen de remar hacia tierra..., pues estáis hundiendo vuestras vidas por nada.

Cabríamos modificar una de las frases de Volteire para testificar aún más y preferentemente decir: si Dios realmente existiera sería necesario abolirlo o llevarlo ante la justicia de la Razón por las ineficacias y horrores cometidos sobre su propia creación. 

Algunos hombres son como aquellos pececillos que están en su acuario. Para ellos los que les están alimentando es su único Dios. Por lo tanto, el sentido común del discurrir es la negación total de las religiones, ésta junto a las machaconas teologías es la de esa “ciencia” de la divina mentira. Ejemplo: las concentraciones religiosas por semana santa y símiles, y las ya habituales “visitas” papales, pues son practicadas en todo el “anno domini” es prueba palpable que no pueden negar que tienen acorralados a todos sus “corderos...”. 

Pensemos en el Génesis. Si el Dios judío-cristiano, por ser el que más nos influye, que prohibió a Adán y Eva comer del fruto del árbol de la ciencia del bien, querría Él que los hombres caminasen privados de toda conciencia fueran éstos por siempre unas bestias eternas, arrodillados ante ese su-puesto Dios “viviente y colérico”, su creador y su amo. Pero si lo pensamos detenidamente aún continúan sin comer del “árbol de las ciencias evolutivas” como se está viendo en plena era científica, aunque infelizmente no somos todos… 

Es patente, los libres pensadores y ateos no pueden creer en ningún denominado personaje llamado Dios. En todo momento preferimos las filosofías, ciencias, naturaleza a las religiones. Es obvio, no se puede poseer al mismo tiempo lo evidente y lo incomprensible.

Veamos. Han venido diciendo en los púlpitos, aunque hoy han entrado en la tecnología, precisamente no inventadas por ellos, pues de haberlo podido habrían llevado sus precursores a la hoguera, que la religión es necesaria para poder vivir. ¿Creemos que la policía es imprescindible? Si no existieran los bandidos, asesinos, corruptos, etc, no la habría. Por supuesto, de no haber religión tampoco Dioses y las ignorancias que acarrean los seculares tiempos pretéritos y presentes. 

Las religiones nunca han sido capaces de reformar a la Humanidad y llevarla hacia un bien estar social en paz y progreso, pues resulta que ellas misma ya de por sí son precisamente una esclavitud perpetua y con un yugo que dura milenios. Cabe decir positivamente que el médico ve al hombre en toda su fragilidad; el juez en toda su maldad; el teólogo en toda su ignorancia.  

Es inaudito, contrario a la razón el imaginarse a un Dios que premia y castiga a las criaturas de su propia creación y cuyas intenciones fueron modelarlos bajo sus propios dominios que obliga a obedecerlo sin rechistar. Es decir, un Dios que no es ni más ni menos que el reflejo de la debilidad humana. Igualmente, no es creíble que los individuos sobrevivan a la muerte de su propio cuerpo. Pensar de esa manera equivale a miedos y egoísmos de los más ridículos, pero esa es la realidad en cualquier religión. No, no es posible creer en ese Ser Supremos lo mismo que no lo hacen con el personaje Papá Noel. 

¿Está dispuesto ese Dios a prevenir la maldad, pero no puede? Entonces no es omnipotente... ¿Puede él hacerlo, pero no está dispuesto? Creemos entonces que es malévolo... ¡Esa es la única realidad!

Lo libres pensadores, o lo que es más cómodo denominarnos por los creyentes como ateos, nunca hemos creído en un Dios personal, espiritual ni en ningunas otras convicciones religiosas, lo venimos insistiendo. Por supuesto, si hay un algo en nosotros que pudiera ser llamado “religioso” es ahí la admiración sin límites a la estructura del Cosmos, el Planeta Tierra y hasta donde la ciencia ha podido penetrar y revelarnos hasta estos momentos. Por simples deducciones, los dioses llegan a ser tan frágiles que pueden ser asesinados con las realidades científicas, o entonces con el sentido común de la razón. Sin olvidar que Jesucristo, según los dogmas cristianos, fue asesinado en el patíbulo de la cruz por el propio pueblo que vino a salvar, pero que después se ha sabido que no era al pueblo hebreo y sí el posterior cristiano…, en realidad un tremendo lío. 



Los seres humanos nacen, envejecen, enferman, evolucionan, se mueren y extinguen. Entonces, ¿dónde está el personaje dios que cometió errores de cálculos cuándo diseñó su mundo? Sabemos desde hace siglos, milenios, que difícilmente va a existir un argumento convincente para probar ante las masas de todo el mundo la no existencia de Jehová, Dios, Jesucristo, Alá y un largo etc. Resulta que ellas, las religiones, no quieren decir la verdad, esas mismas que comparten mutuamente y necesitan de la fe, o mejor especificado: virtud teologal por el cual los creyentes creen en las “verdades” reveladas por su respectivo Dios.

Como se viene insistiendo, las religiones basan sus conceptos teológicos en la machacona fe. Ahí radica todo lo relacionado con la vida en el mundo y la firme promesa explícita de una posterior recompensa en los etéreos paraísos celestiales después de la inevitable muerte. Por supuesto, todos esos beneplácitos regalías son a cambio de obedecer ciegamente, ahí entra de lleno la fe, los sagrados y absolutos juicios de sus muchos intermediarios, según esos guías espirituales a una “verdad divina”. Cabe recordar e insistir de que, si no eres buen creyente, ese Dios de misericordia tiene reservado un otro lugar de sufrimientos por desobediente llamado infierno… Ante esas absurdidades exigencias y oscurantismos, aún exigen la entrega incondicional de los más grandes y supremos condicionamientos que posee el homo sapiens: LA RAZÓN HUMANA, esa misma que como tal le da la LIBERTAD pensante ante él mismo y el mundo que le rodea. Es ahí donde se puede encontrar, dentro de lo humano, el sentido de la vida y no en creencias religiosas y retrógradas.

Otro de los “divinos mandamientos” es el tener que sustentar a todos esos parásitos y vagos con el trabajo ajeno y aún en la opulencia y riquezas que como servidores de Dios tienen que poseer.

Los seres humanos pueden vivir sin los dioses, de hecho, así ha ocurrido en el pasado y presente. Ocurre que, por intermedio del sacerdocio, sea él cualesquiera, los dioses les deben su existencia a los humanos. Por lógica ellos son una existencia imaginaria de la realidad cotidiana, en definitiva, son el resultado de una insatisfacción colectiva. El creer en los dioses es una ocupación absurda, inútil y estéril. Es contrario a la razón buscar allí donde nada existe. A los dioses no se les pueden buscar, y menos en templos, se les crean..., para mayor gloria de la teocracia. 

Desde tiempos inmemorables los que no pudieron ser como nosotros, libres pensadores, los ciudadanos restantes por mayoría han sido en todo momento y lugares privilegios exclusivos de los religiosos. ¡El que lo dude que mire por unos momentos quién fue la Santa Hermandad! Insistimos al respecto: cuando la ignorancia es felicidad para los crédulos, es pues una gran locura ser sabio.

Añadiremos que la teología nunca ha ayudado en los problemas del saber ni en las investigaciones. Ella resulta ser algo así como buscar a media noche y sin luna en un sótano oscuro a un gato negro que no está allí. 

Siempre lo ha sido, no hay nada nuevo bajo el Sol, la mejor manera de enriquecerse es crear tu propia religión, o lo que es lo mismo, tu propio Dios. A la vista está la cantidad de ellas que existen y han existido siempre. Prueba contundente son los denominados “10 mandamientos”, ellos fueron creados para cerebros aburridos. Los cinco primeros son exclusivamente para el beneficio del clero y sus múltiples poderes que les dan. Los siguientes cinco restantes son medias verdades, ni completas ni adecuadas. 

Llevémoslo con orgullo, no nos avergoncemos de tener a un primate por antepasado, es decir, un primo cercano del reino animal, todo lo contrario, aún más cuando nos tachan al decirnos que el clero son los pastores y nosotros cordero... Pero sí de descender de unos hombres auto llamados infalibles y que se inmiscuyen en asuntos científicos de los que no saben nada. Cuando éramos chavales creíamos en Dios, obligatoriamente y a esas edades te tragas todo lo que dicen, aún más en un régimen nacional catolicismo. Posteriormente cuando logramos unir dos o mas pensamientos se nos olvidó que “existían” tales dioses. 

Sin embargo, creemos que Dios es una necesidad para muchas gentes, lo que no demuestra que exista. Aún mas, les tenemos lástima que no despierten del sueño que les provoca los misterios que encierran las religiones y la denominada fe. 

Tenemos tanta autoridad como el Papa de Roma, la cuestión es que no tenemos tantas gentes que así lo crean, peor para ellos, nosotros no les engañamos. 

Las únicas iglesias que verdaderamente han iluminado son aquellas que ardieron por algún motivo, y no los miles de hogueras que durante siglos quemó a infinidades de inocentes “herejes”.



______

(*) Nota Final:

El autor de esta publicación es "Zerimar Ilosit", fiel seguidor y colaborador de este Blog; quien amablemente me solicitó el compartir este artículo con el resto de los lectores; y al no estar en contra de la filosofía del Blog, es un honor para mí el poder publicarlo.

______________


Ver:

Ver:
Carta Abierta a los Creyentes 
(Colaboración)

Ver:
Buenas Razones para No Creer
(Colaboración)

Ver:

Los "Milagros" de Jesús 
(Colaboración)

El Misterio de la Trinidad 
(Colaboración)

Ver:
Ateísmo… ¿Eso qué es? 
(Colaboración)

Ver:
Quien es Dios?

Ver:
¿Existió Jesús? 
¡Claro, existieron muchos!


Ver:
Top 10 “Metidas de Pata” de la Biblia.

Ver:
Top 10 Características Indeseables de Dios.