Hablar sobre Blaise Pascal es sumamente extenso y se llevaría varios artículos esbozar medianamente una visión de su vida. Su relación con diversos campos del saber humano hace complicado su análisis y su valoración incalculable. Por lo tanto revisaremos una brevísima biografía y revisaremos su relación con la religión y dios que es lo que nos concierne e interesa.
Blaise Pascal nació en Clermont, Francia, 19 de junio de 1623 y muere en París, 19 de agosto de 1662. Fue un matemático, físico, filósofo y teólogo francés, considerado el padre de las computadoras junto con Charles Babbage.
Pertenecía a una familia noble de Auvernia, que tuvo 4 hijos, él era el único varón. Su madre murió cuando él tenía 3 años. Su padre, Etienne Pascal, le enseñó gramática, latín, español y matemáticas. No quería que Blaise, fuera matemático y le prohibió que se dedicara a ello. De modo que se puso a estudiar matemáticas por su cuenta y a los 12 años ya había descubierto que la suma de los ángulos de un triángulo es de 180º. Cuando su padre lo descubrió le ayudó dándole un tratado escrito por Euclides y permitiendo que le acompañara a las reuniones de Mersenne.
A la edad de 16 años Pascal presentó, en una reunión con Mersenne, un trozo de papel. Contenía un número de teoremas de geometría proyectiva, incluyendo incluso el hexágono místico de Pascal.
Cuando tenía 20 años, su padre fue trasladado a Rouen como recaudador de impuestos y para ayudarle en su trabajo, Blaise ideó una máquina de calcular que fue perfeccionada más tarde por otro matemático.
En 1646, su padre se rompió una pierna y fue curado por dos hermanos de un movimiento religioso, el jansenismo, que influyeron notablemente en Blaise. Y en 1654 se retiró a la Abadía de Por-Royal. Tanto es así, que se convirtió a esta doctrina y atacó a los jesuitas, intentando dar una explicación racional a la existencia de Dios.
Los últimos años de su vida los dedicó a los pobres y a recorrer las iglesias de París escuchando todos los servicios religiosos que podía.
En la última etapa de su vida se inclinó por la intuición como fuente de todas las verdades. Estuvo muy influenciado por su hermana Jacqueline
Su último trabajo fue el cicloide, la curva trazada por un punto en la circunferencia de un rollo circular.
Murió a los 39 años, después de sufrir mucho debido a un cáncer de estómago, mal que padecía desde muy joven y que al pasar los años fue creciendo, alcanzando incluido al cerebro.
Principales aportaciones a las Matemáticas:
* El triángulo de Pascal.
* Teoremas de geometría proyectiva.
* El hexágono místico de Pascal.
* Inventó la primera máquina digital de calcular.
* Demostró la existencia del vacío.
* Observó que la presión atmosférica disminuye con la altura.
* Escribió las leyes de la presión, confirmando los experimentos de Torricelli.
* Es, junto con Fermat, el fundador de la teoría de la probabilidad.
* Abordó la definición y cálculo de la derivada e integral definida.
* Iniciador de la teoría de juegos.
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Pascal y la Religión.
Como vimos, hubo dos hechos en la vida de Pascal que influenciaron decisivamente en su religiosidad: Su enfermedad y el Jansenismo.
Desde los 18 años, Pascal sufrió una dolencia nerviosa que le hacía sufrir dolores casi todos los días de su vida. En 1647 sufrió un ataque de parálisis que le dejó impedido y le obligó a moverse con muletas. La cabeza le dolía, le ardían las entrañas, y sus piernas y pies estaban siempre fríos, necesitando complicados tratamientos para hacer circular la sangre, hasta el punto de que llevaba calcetines remojados con brandy para mantener el calor. Su enfermedad fue parte del motivo que le llevó a trasladarse a París con su hermana, para poder acceder a mejores tratamientos médicos. Su salud mejoró, pero su sistema nervioso quedó dañado de forma crónica. Eso hacía que sufriese también de hipocondría, lo que afectaba a su carácter y a su filosofía. Se volvió irritable, sujeto a bruscos arranques de ira, y en muy pocas ocasiones sonreía.
En 1646, Etienne Pascal, el padre de Pascal sufrió un accidente a sus 58 años. Por entonces, en Rouen trabajaban dos de los mejores doctores de Francia, el Doctor Deslandes y el Doctor de La Bouteillerie. Étienne Pascal no dejó que nadie más que ellos le atendieran, lo que parece que fue una buena opción, puesto se recuperó. Sin embargo, la rehabilitación y el tratamiento llevó tres meses, tiempo durante el cual los dos doctores se convirtieron en huéspedes de la casa. Ambos eran seguidores jansentistas, es decir, pertenecientes a un movimiento religioso denominado Jansenismo que surgió en la iglesia europea de los siglos XVII y siguientes. Esta pequeña secta estaba progresando rápidamente entre la comunidad católica francesa de la época y defendía el agustinismo riguroso. Blaise habló con los doctores a menudo, y tras el exitoso tratamiento de Étienne les tomó también prestadas algunas obras de autores jansenistas. Durante este periodo, Pascal experimentó una forma de "primera conversión" y comenzó a escribir sobre temas teológicos a lo largo del año siguiente.
Durante un tiempo, Pascal mantuvo una vida de soltero. Mostró un fuerte interés por una mujer mientras estuvo en Auvergne, refiriéndose a ella como la "Safo del campo."[12] Durante esa época, Pascal escribió Discours sur les passions de l'amour ("Conversación sobre las Pasiones del Amor") y aparentemente se planteó el matrimonio, institución que más tarde describiría como "la más baja de las condiciones de vida permitidas a un Cristiano."
Durante sus visitas a su hermana en Port-Royal en 1654, mostró un cierto desprecio por los asuntos mundanos, pero no se vio atraído por la idea de Dios.
Se dice que en octubre del año 1654 Pascal estuvo involucrado en un accidente en el puente de Neuilly. Al parecer, los caballos se encabritaron y se zambulleron al agua, y el carruaje por poco les sigue detrás. Afortunadamente se rompieron las riendas, y el coche quedó colgando a medio camino del precipicio. Pascal y sus compañeros salieron ilesos del accidente, pero el filósofo, aterrado ante la cercanía de la muerte, sufrió un desvanecimiento y quedó inconsciente durante un tiempo. El 23 de noviembre de 1654, entre las 10:30 y las 12:30 de la noche, Pascal tuvo una visión de carácter religioso muy intensa, lo que le hizo recordar inmediatamente esta experiencia en una nota que escribió para sí mismo, y que comenzaba diciendo: "Fuego. Dios de Abraham, Dios de Isaac, Dios de Jacob, no de los filósofos ni de los eruditos (...)" y concluía citando el Salmo 119:16: "No olvidaré ninguna palabra. Amén." Parece que cosió este documento a su abrigo, y que lo traspasaba cada vez que cambiaba de ropa. Un sirviente lo descubrió por casualidad tras su muerte. A este escrito se le conoce hoy en día como Memorial.
Las creencias y la dedicación religiosa de Pascal se fortalecieron por esta época. Pascal visitó el más antiguo de los dos conventos en Port-Royal, permaneciendo en un retiro espiritual de dos semanas a comienzos de 1655. Durante los años siguientes, viajó entre Port-Royal y Paris, y fue en esta época cuando comenzó su principal obra literaria sobre religión, las Lettres provinciales.
Pascal abandonó las matemáticas y la física casi definitivamente para dedicarse a la filosofía y a la teología.
Los Lettres provinciales
Los Lettres provinciales (en español, Cartas provinciales) son una serie de dieciocho cartas escritas por Pascal bajo el seudónimo Louis de Montalte, entre los años 1656 y 1657. Escritas en medio de la controversia teológica entre los jansenistas y los jesuitas. El contenido de estas cartas es un ataque de carácter humorísitico que Pascal dirige contra la casuística, un método retórico popular utilizado por los teólogos, y en particular por los jesuítas, a quienes acusa de laxitud moral. Viéndose obligado a publicar estas cartas desde el anonimato, Pascal fingió que se trataba de informes que un ciudadano parisino enviaba a un amigo en las provincias, en las que trataba las cuestiones morales y teológicas que entonces importaban a los círculos intelectuales y religiosos en la capital. Pascal, combinando el fervor de un converso con el ingenio y la educación de un hombre de mundo, alcanzó un nuevo estilo en la prosa francesa. Aparte de su influencia religiosa, las Cartas Provinciales se hicieron populares por su calidad como trabajo literario. Además, su popularidad se vio incrementada gracias al uso que Pascal hace del humor, las burlas y la sátira en sus argumentos, terminando por influir a escritores franceses posteriores como Voltaire o Jean-Jacques Rousseau.
Estas cartas indignaron al rey Luis XIV y en 1660 ordenó la destrucción y quema de ellas. La obra fue muy alabada por muchos autores. Voltaire dijo que las Lettres provinciales eran "el libro mejor escrito que ha aparecido hasta la fecha en Francia." Cuando Bossuet fue preguntado sobre qué libro le habría gustado escribir que no hubiese escrito él mismo contestó que las Lettres provinciales de Pascal.
El Milagro.
Cuando Pascal retornó a París tras haber estado supervisando la publicación de la última de las Cartas, su religiosidad se vio reforzada por su cercana relación con un episodio aparentemente milagroso que tuvo lugar en la capilla del convento de Port-Royal. Su sobrina Marguerite Périer, de 10 años, sufría una dolorosa fístula en el lagrimal que exudaba pus a través de sus ojos y su nariz, aflicción que los doctores que la habían tratado habían considerado incurable. El 24 de marzo de 1657, un creyente llegó a Port-Royal trayendo lo que él y otros acompañantes aseguraban que se trataba de una espina de la corona que había portado Cristo durante la crucifixión. Las monjas, en una ceremonia solemne en la que entonaron cánticos de salmos, colocaron la espina en el altar. Luego fueron pasando para besar la reliquia y una de ellas, viendo a Marguerite entre los fieles, tomó la espina y tocó con ella el ojo enfermo de la niña. Esa misma noche, al parecer, Marguerite mostró su sorpresa por no sentir ningún dolor en el ojo, y su madre quedó asombrada al descubrir que no había signo alguno de la fístula. Llamaron a un doctor, que informó de la desaparición de la úlcera. Asimismo, el propio doctor extendió la noticia de la cura milagrosa, y otros siete doctores que habían tenido noticias de la enfermedad de Marguerite la volvieron a examinar para llegar a la conclusión, documentada por escrito, de que había tenido lugar un hecho milagroso. Los oficiales diocesanos investigaron y llegaron a la misma conclusión, autorizando una misa Te Deum en Port-Royal. Desde ese momento, hordas de creyentes comenzaron a peregrinar para besar la espina, y toda la sociedad católica parisina aclamó el milagro. Más adelante, tanto los pro-jansenistas como sus opositores utilizaron este episodio milagroso tan bien documentado en su defensa. En 1728, el papa Benedicto XIII haría referencia a este caso como prueba de que la edad de los milagros no había finalizado.
Pascal llegaría incluso a crear un escudo de armas con el símbolo de un ojo rodeado por una corona de espinas, con la inscripción Scio cui credidi. Con sus creencias renovadas, comenzó a escribir su última e inconclusa obra, los Pensées ("Pensamientos").
Pensées
Es la obra teolófica más influyente de Pascal, conocida póstumamente como los Pensées ("Pensamientos"), no fue completada antes de su muerte. Se trata de una apología del cristianismo, que al parecer habría debido contener un examen coherente y una defensa de la fe cristiana bajo el título original Apologie de la religión Chrétienne ("Apología de la Religión Cristiana"), si bien de la obra sólo conservamos una serie de notas. Lo que se encontró entre sus efectos personales tras su muerte fueron numerosos papeles con ideas sueltas, agrupadas en una especie de orden provisional.
Una primera edición del libro apareció impresa en 1670 bajo el título Pensées de M. Pascal sur la religión, et sur quelques autres sujets ("Pensamientos del Sr. Pascal sobre la religión y algunos otros temas"), ocho años después de su muerte, y pronto se convirtió en una obra clásica de la literatura religiosa y filosófica. Una de sus principales estrategias era utilizar las filosofías contradictorias del escepticismo y el estoicismo, personalizadas por Michel de Montaigne, por un lado, y Epicteto por otro, con la finalidad de llevar al no creyente a un punto de confusión y desesperanza tal que pudiese acoger a Dios.
Esta estrategia fue considerada bastante arriesgada por alguno de sus amigos y estudiosos de Port-Royal, que consideraron que estos "Pensamientos" fragmentarios podían llevar más al lector hacia el escepticismo que hacia la fe. Por ese motivo ocultaron las partes más escépticas, y realizaron algunas modificaciones sobre el resto, también con la finalidad de evitar que la Iglesia se ofendiera ante la obra.
La obra no se publicaría en su texto completo y original hasta el siglo XIX. En cualquier caso, se considera una obra maestra, y un hito dentro de la prosa francesa. Charles Augustin Sainte-Beuve lo alabó como una de las mejores páginas escritas en francés. Will Durant, en su obra de 11 volúmenes sobre la Historia de la Civilización, considera la obra como "el libro más elocuente en prosa francesa."
En los Pensées, Pascal analiza varias paradojas filosóficas: el infinito y la nada, la fe y la razón, el alma y la materia, la vida y la muerte, el significado y la superficialidad que no lleva a conclusiones definitivas a parte de la humildad, la ignorancia y la gracia. Juntando todos estos conceptos y paradojas, Blaise desarrolla también la apuesta de Pascal.
Enfermedad y muerte.
T. S. Eliot le describió durante esta fase de su vida como "un hombre de mundo entre ascetas, y un asceta entre hombre de mundo." El ascetismo de su modo de vida derivaba de una creencia de que era natural y necesario en el hombre el sufrimiento. En 1659, Pascal, cuya salud nunca había sido buena, cayó gravemente enfermo. Durante sus últimos años intentó con frecuencia rechazar las indicaciones de sus doctores diciendo que "la enfermedad es el estado natural del cristiano."
En 1662, la enfermedad de Pascal se agravó. Siendo consciente de que su salud se marchitaba rápidamente, solicitó ser trasladado al hospital para enfermedades incurables, pero sus doctores declararon que estaba demasiado inestable como para ser transportado hasta ahí. En París, el 18 de agosto de 1662 Pascal comenzó a sufrir convulsiones, y recibió la extrema unción. Murió a la mañana siguiente, a la edad de 39 años, pronunciando como últimas palabras "Que Dios nunca me abandone". Pascal está enterrado en el Cementerio de Sain-Étienne-du-Mont.
Una autopsia realizada tras su muerte reveló graves problemas en su estómago y en otros órganos de su abdomen, así como daños en el cerebro. A pesar de la autopsia, nunca se llegó a determinar con exactitud cuál fue la causa de su continua mala salud, a pesar de que las especulaciones se centran en la tuberculosis, el cáncer de estómago, o en una combinación de ambas. Las jaquecas que sufría se atribuyen generalmente a su lesión cerebral.
Con Pascal se inicia una especial manera de “pensar la religión”: el estilo de los hombres que se toman en serio el dolor del mundo; tipos duros (casi siempre en un cuerpo débil) que desconfían hasta de sí mismos y que consideran la calma y la belleza tranquila como algo sospechoso, casi indigno del Dios poderoso que aspiran a encontrar y cuya ausencia les conmueve.
Fuentes consultadas:
http://sauce.pntic.mec.es/~rmarti9/pascal1.html
http://es.wikipedia.org/wiki/Lettres_provinciales
http://es.wikipedia.org/wiki/Blaise_Pascal
http://www.alcoberro.info/planes/pascal.htm
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Ver Sección: Personajes
"Aquel que duda y no investiga, se torna no sólo infeliz, sino también injusto." Blaise Pascal
Buen artículo
ResponderEliminarDeseo Saber. Quien Escribió El Significado De Pensar La Religión.
ResponderEliminarQuien Es El Autor, Ya Que Lo Eh Leído En Otro Lugar Y Me Gustaría Citarlo.